*3 años después*
Audrey
Max me llevó al río, con los ojos vendados, durante todo el camino desde la cabaña hasta el río yo le preguntaba que qué era lo que planeaba, y él sólo me contestaba que cuando llegáramos lo sabría, y yo sólo me reía.
Cuando dejamos de caminar, me quitó la venda de los ojos. Me había traído hasta el árbol en el que estaban las cenizas de mis padres, lo miré.
- ¿Qué estás planeando? - Volví a preguntar. Él me sonrió y me entregó una margarita, con una nota en ella.
"Me harías el hombre más feliz del mundo si dices que sí.
¿Quieres casarte conmigo?"Lo miré, ahora él estaba incado, sosteniendo una cajita roja aterciopelada en sus manos, y dentro había un anillo con un diamante.
- ¡Sí! - Le dije. Todo esto me había hecho recordar cuando lo vi por primera vez, cuando me regaló una pintura de mí, cuando me pidió ser su novia.
Este árbol había sido testigo de muchas cosas.