Capitulo 14

363 27 6
                                    

Despierto rodeandole el cuerpo con los brazos a alguien. Me incorporo poco para no despertarla.
Sonrío al ver de quien se trata.
Bajo de la cama con cuidado y voy a mi habitación. Miro la hora. 6:32. Fijo que mis padres ya no estan.
Me doy una ducha rapida y me visto con unas medias grises, una falda negra, una camiseta blanca que no se ve y un jersey de lana gris, con unas botas negras con tacon,
Le dejo unos tejanos blancos sobre la cama con un jersey rosa palido, como el dia que nos conocimos...
Bajo a la cocina y me pongo a hacer el desayuno. Mientras meto a la tostadora un par de tostadas para cada una, me pongo a hacer el café.
-Vaya Alba, que guapa-dice la rubia detras mío.
Sonrío antes de darme la vuelta.
-¿Que tal estás?-me acerco a ella-¿Te duele la cabeza?
-No Alba, ya estoy bien, gracias...-sonríe y sonrío tambien.
-Te he dejado algo de ropa sobre mi cama, y puedes darte una ducha mientras acabo de preparar el desayuno, que todavía es pronto...
-¿Enserio? Vaya gracias...
-No hay que darlas, enserio-sonrío e imita el gesto.
Sube a la habitacion y se encierra en el baño.
Cojo dos platos y dos tazas y los pongo ordenadamente en la mesa. Hago lo mismo con los cubiertos.
Pongo tambien la mantequilla, el azucar, la mermelada de fresa y la de melocoton, nutella y aceite y sal.
Justo, salen las tostadas. Dejo dos en cada plato, y sirvo café en las dos tazas.
-¿Siempre te oreparas estos desayunos tan complejos?-dice la rubia entrando en la cocina.
-No, pero hoy hay motivos oara hacerlo.
-Alba, no hace falta que hagas tantas cosas por mi... hace que me sienta mal por que no puedo devolverte los favores...
-No digas tonterias-digo-Las amigas no se intercambian favores, se los hacen sin importar cuantos se deban.
Sonríe.
-Eres muy filosofica...-observa.
-Si tu supieras...-reimos.
Nos sentamos y empezamos a desayunar.
-Oye...-digo-Siento haberte empujado a beber anoche. No creí que te iba a sentar tan mal...
-No digas tonterias-repite lo que he dicho anteriormente-Fue culpa mía, me lo debí de beber demasiado rapido. Es mas, a saber donde estaría ahora de no ser por ti.
-Si, menos mal que no dejé que te fueras sola, sino te matabas solo al salir-reimos-Te lo dije el otro dia. Pero sabes que siempre estaré ahí para lo que necesites.
-Lo se. Te digo lo mismo. Ya sabes que a menos que haya un apocalipsis zombie puedes mandarme un wasap o llamarme cuando sea, por pequeño detalle que sea.
Sonreímos y me acerco a ella. Antes de que pueda decir nada...
Le pongo nutella con un dedo en la nariz. Ella me hace lo mismo con la mermelada de fresa.
-Estamos en paz-dice.
Cojo un poco de azucar y se lo tiro a la cara. Ella hace lo mismo con la sal y estallamos a carcajadas.
Para recordar el momento, nos hacemos un selfie haciendo morritos.
-Mejor vamos pasando-digo lavandome la cara-Así podemos estar hablando diez minutos en clase.
-Vale-dice.
Subo al cuarto y cojo el bolso.
-Marchando Rapunzel-digo. Sale de casa y yo detrás suyo.
-¿Rapunzel?
-Eres rubia, guapa y tienes el pelo largo, yo lo veo lógico...-digo. Ella ríe.
-¿No te dejas nada en casa?-preguna.
-Nop.
-Vale... oye, ¿Puedes mandarme el selfie por whatsapp?
-Claro...-empiezo a revolver mi bolso-Mierda... lo dejé...-antes de acabar la frase, Rocío se lo saca del bolsillo de la chaqueta.
-Cariño, eres un desastre-dice riendo. Me uno a ella. Me encanta esa manera en la que me ha llamado cariño. Suena tan... bien.
Cojo el movil y se la envío.
-Gracias-dice con una sonrisa. Amplia la foto-Te sienta bien el rosa.
-Si, y la nutella que te he puesto por la nariz queda geniao con mis ojos-reimos.
Entramos en la estación de tren. En menos de dos minutos llega uno.
Entramos, y a pesar de la hora, el tren va a rebentar.
A lo lejos, diviso un sitio. Le cojo de la mano y la llevo hasta ahí.
Me siento y le hago un gesto para que se siente encima mío.
El 80% de las veces que volvemos de la academia hacemos lo mismo, por lo que se sienta sin insistir (esto ha parecido el informe de un niño pequeño).
-Estoy cansada...-dice apoyandose en mi cuerpo y escondiendo la cara entre mi cuello y la pared.
-Consecuencias de salir de fiesta por la noche-digo jugando con uno de sus largos mechones de pelo.
-Sabes que nunca se renuncia a un karaoke...
-Ni siquiera sabiamos que ibamos a ir a un karaoke-me río,
-Bueno, esa fue una situacion especial, por que me lo pediste tu.
-Y te lo agradezco, no quería ir sola de sujetavelas.
Ríe contra mi cuello, lo que hace que un fuerte cosquilleo recorra por mi cuerpo entero, hasta el ultimo pelo.
-¿Vas hoy a la academia?-digo. Ella solo asiente con la cabeza-Nos dejaran tiempo para ensayar.
-Menos mal, no sabes lo que odio dar clases yo sola...
-¿No te gusta Mar?
-¿Que dices? Me encanta. Pero no hago mas que cantar lo mismo yo sola. ¡Es mas divertido hacerlo contigo!
-Lo se mi amor, pero para los autógrafos a la cola-me da un golpe en el hombro y reímos.
Se separa de mi cuerpo y debo de hacer una cara de desagrado, la verdad, no quería que se moviese de ahí. Lo nota.
-¿Que pasa pelirrosa?-pregunta.
-Nada... no quería que te movieses de ahí...
Me mira y me sonríe.
-Eres un amor...-dice-Yo tampoco quería separarme, pero da la casualidad de que bajamos aquí.
Miro por la ventanilla. Ya estamos en la estación.
Salimos y llegamos al colegio.
Por los pasillos, hablando animadamente con la rubia, noto unas manos en mi culo. Enseguida me doy media vuelta y le doy una hostia al pobre desgraciado que lo ha hecho.
-¡Gus, eres un puto desgraciado!-grito.
-Hey, princesa, relax...-se acerca a mi con intenciones de besarme, pero lo empujo contra las taquillas.
-Shh, Alba, calmate...-dice Rocío poniendome una mano en el hombro.
-¡¿COMO QUIERES QUE ME CALME?!-siempre me arrepentire de haberle gritado de esa manera-Mira chaval, ya puedes estar dejandome en paz, sino no dudare en meterte una paliza-le empujo y se va.
Le doy una patada a las taquillas de la rabia.
Enseguida, vuelvo a notar esa mano en el hombro. Me giro arrepentida.
-Lo siento...-digo-Siento haberte gritado.
No obtengo respuesta. Solo me abraza.
-Joder, ¿porque tus abrazos sientan tan bien?-digo cuando nos separamos. Ella ríe-Enserio, perdoname...
-Alba, no hay nada que perdonar. Entiendo que te pongas así. Ese niño es solo un tío que te tiene envidia, porque pasas tiempo conmigo-dice creyendoselo. A lo que volvemos a reir-Enserio, pasa de el, no vale la pena.
-Gracias...
-Por cierto. Creo que es la primera vez que te veo como la malota que eres-dice riendo.
-Ya, estoy intentando dejarlo por un tiempo, que cansa la espalda-me estiro. De nuevo vuelven a sonar nuestras risas-¿Vamos a la sala de musica? Como que paso de hacer religión.
-Vamos.
Bajamos las escaleras, y cuando llegamos al aula, practicamente me arrastra hasta el piano.
Nos sentamos las dos en el taburete.
-Voy a enseñarte a tocar...-antes de que pueda decir nada, ya está poniendo mis dedos en un acorde de sol.
Pasamos así unos veinte minutos, que es lo que tarda en enseñarme una melodia de tres acordes.
-Va, hazlo tu sola-me anima. La miro unos instantes, pongo las manos en el piano y empiezo a tocar la melodía de una cancion que estoy componiendo.
Me mira con la boca abierta.
-¿Que ha sido eso?-pregunta cuando termino.
Me rasco la nuca.
-Es... es una canción que estoy componiendo... no es gran cosa...
-Dios, yo quiero escucharla ya-dice.
La miro.
-¿Me lo dices enserio?
-Completamente. La melodía que has tocado ha sido preciosa... y me ha sorprendido bastante, no sabia que tocaras el piano.
-Si lo toco... pero se me da mejor la guitarra-me levanto y la saco de la funda.
La afino y me siento en una silla.
-¿Me la cantas?-pregunta con una sonrisa radiante.
Sonrío y empiezo a tocar la melodía de Tan Solo Tu.
No puedo evitar sonreir pensando en todo lo que llega a causar esa chica en mi. Esa manera de mirarme no lo hace nadie. Nadie nunca me ha hecho sonreir tanto, ni siquiera Marta. Esa chica es unica. Esa chica es perfecta. La necesito en mi vida.
Termino el último acorde.
Me mira, sonríe, sonrío.
-Es preciosa... espectacular... increíble... es tan... Tu-sonríe-¿Ya se la has cantado a la chica que te gusta?
-Si... ahora si... Me alegro de que te haya gustado. ¿Tu no vas a cantarme nada?-levanto las cejas.
-Mmm... espera, que pienso cual... oh, ya se-empieza a tocar, y enseguida se que se trata de Te quero a morir.
-Ro, eres genial...-digo cuando toca la última nota.
-O serás tu, que me ves con buenos ojos...
-Puede-digo-Pero non tan bonitos como los tuyos-los siguientes dos minutos, nos los pasamos en silencio, pero con intensas miradas, que van y vienen diciendo de todo.
Entonces suena el timbre.
Rocío cierra los ojos y suspira.
-Estoy del timbre hasta las narices...-dice intentando no matar a nadie.
Yo simplemente río.
-Anda, vamos a clase...-digo riendo.
-No-declara-No quiero hacer clases. Quiero quedarme aquí todo el dia contigo.
-Y yo... pero Rocío, no podemos hacerlo...
-Pues tendrás que sacarme a la fuerza-se cruza de brazos.
Me acerco a ella y la cojo como si fuera un saco de patatas. Al contrario de lo que pensaba, no se mueve ni un pelo, sigue de brazos cruzados.
La gente por el pasillo nos mira raro. Pero bueno, no importa.
Una vez en la puerta, dejo a Rocío en el suelo, que me mira algo triste.
-Hey, ¿que pasa?-pregunto preocupada.
Me coge de la mano y me lleva a la salita de profes.
-¿Puede ir alguien de guardia al aula 462, por favor?-pregunta.
-Claro, ahora mismo voy-dice alguien que no habia visto en mi vida.
-Gracias...
Volvemos a la clase de musica. Se sienta en una mesa y se tapa la cara con las manos.
-¿Estás bien?-pregunto poniendo las manos en sus rodillas-Bueno, no, no lo estas, eso lo veo... ¿Que te pasa?
-Alba no aguanto mas este sitio... Creía que podría seguir, creía que sería capaz de trabajar con gente como esta, pero me puede... por lo unico que no me he ido todavía eres tu... Estoy harta de las bromas que gasta todo el mundo a todas horas. Estoy harta de tener que soportar al puñetero Gus todos los dias. Estoy harta de la comida de este sitio...-me río por ese ultimo comentario-Y... Estoy harta de no poder ganarme la vida con lo que de verdad me gusta...
No tengo palabras para eso. La abrazo. Puede que no sea el mejor que ella haya recibido en su vida, pero el contacto de su cuerpo contra el mío me da fuerzas para animarla, y se que de alguna manera, a ella tambien.
-Escucha...-digo apartandole un mecho de pelo que le caía por la cara-No quiero que sigas aquí por mi. Quiero que hagas lo que verdad quieres hacer, y no lo hagas por mi. Mira, el destino nos ha juntado de todas las maneras posibles. Fijo que nos junta otras mil veces más. Y sino, te juro que seguiré luchando por seguir estando juntas, ¿Si?
-Alba, lo he decidido. No voy a dejar mi trabajo mientras tu sigas aquí-me calla antes de poder contradecirle-Soy una cabezota, créeme, no voy a cambiar de opinión.
-Y es por eso, señoras y señores, que quiero tanto a esta chica de aquí-le doy un beso en la mejilla.
La siguiente hora, nos pasamos tocando y cantando.

¿Crees ahora en el amor? |Albocío|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora