Capitulo 26

273 21 8
                                    

Me despierto cuando el pie de la alicantina choca contra el mío. Sonrío al ver que me esta mirando.
-Lo siento-susurra-No quería despertarte.
-Buenos días-digo ignorando sus disculpas.
-No, enserio-dice-Quería que durmieras más, así podía quedarme aquí y hacer como que me he dormido para perder el tren.
Reímos.
-¿No quieres ir a Alicante?
-Si-se encoge de hombros no muy convencida-Pero quiero quedarme contigo.
-Ro, sólo serán dos semanas, ¿si? Y si no quieres ir, puedes quedarte aquí, nadie te obliga a ir, ¿si?
Sonríe ampliamente.
-¿Que quieres para Navidad?-cambia de tema.
-A ti.
-Hecho. ¿Algo más?
-A ti para el resto de nuestros días.
-Hecho. ¿Algo más?
-No, ya nada más.
-No me lo pones fácil, Reig.
¿Cómo sabré que darte para Navidad?
-No quiero nada-insisto-Sólo...-sonrío-prométeme que estrenáremos la casa...
Me mira y se muerde el labio.
-Ro... te lo dije cuando nos conocimos... No te muerdas el labio, que me pones cachonda, joder-ella ríe.
-Tengo ganas de besarte.
-Anda, que casualidad, y yo-reímos y nos acercamos.
-Te quiero-susurra juntando nuestros labios.
Paso una mano por su cintura para pegarla más a mi, y ella me hace cosquillas en la barriga.
Su cuerpo termina encima del mío, su pelo alborotado con el mío, sus piernas enredadas con las mías, sus labios jugando con los míos, nuestros corazones en uno. Que sí, que sólo es un beso, pero no lo cambiaría por nada del mundo.
Enredo los dedos en su pelo y ella juega con mi camiseta.
Entonces suena un móvil.
-¡JODER, ¿QUIEN ES AHORA?!
-Es tu despertador, corta-dice Ro riendo.
-Aguafiestas...
-¿Qué hora es?
-Las diez y media.
-¿Nos levantamos ya?
-Vale...-murmuro.
-Espera-dice cuando me incorporo. Me coge de la nuca atrayéndome a ella y me da otro beso.
Sonreímos y nos levantamos. Nos damos una ducha rápida y nos vestimos. Me pongo los pantalones de cuero que le gustan a Rocío y un jersey de lana estética blanco con rayas azules marinas.
Ella se pone unos pantalones blancos rotos y una sudadera turquesa que pone PINK.
-Alguien de esta casa es daltónica-digo.
Ella ríe.
-Eso díselo a Blas, que me la regaló el.
Abro el móvil y le envio un audio a Carlos: <<Tu novio es daltónico>>.
-Ale, aparcao-guardo el móvil en mi bolsillo-¿Qué quieres desayunar cari?
-Fruta.
-Toma-le tiendo una manzana-¿Te gusta?
-Claro.
Cojo otra para mi y nos las comemos mientras vemos Bob Esponja.
-Rosa y amarillo, ¿quien lo iba a decir?-dice tirando el corazón de la manzana en la basura.
-Ostras, es verdad, no me había fijado-río tirándolo yo también.
-Debería irme ya...
-Te acompaño a la estación.
-No hace falta, Alba, no quiero molestar... Además, has quedado con Sonia.
-No te preocupes, no era una pregunta-sonríe y me da un casto beso en los labios.
-Voy a por la maleta.
Sube al cuarto y enseguida baja con ella.
Lo malo es que no podemos ir con mi coche por que se lo han llevado mis padres, así que tenemos que ir a casa de Rocío a por el suyo. Lo bueno es que en su casa no nos encontramos con Marta.
Subimos al coche y ponemos la radio. Como de costumbre, voy tocando los botoncitos hasta encontrar Los 40.
-Sonia tenía razón-dice mientras se concentra en el volante-Eres insoportable con los botones de la radio.
-Pero me quieres. Y te encanta esta canción, tu misma lo dijiste-digo refiriéndome a la de Taxi.
Me mira, sonríe y sube el volumen.
-Que malota, intenta dejarnos sordas a las dos...-digo.
-¡Ay, Alba!-dice y reímos.
Paramos en un semáforo en rojo y nos miramos. Me coge la cara delicadamente y me acerca a ella formando un increíble beso. Su lengua pide permiso para entrar en mi boca y le dejo paso sin dudarlo. Pronto, no sólo nuestros labios compiten en una guerra, nuestras lenguas también pelean por quedarnos con nuestras bocas. Enreda sus dedos en mi pelo y yo pongo una mano en su mejilla para atraerla más a mi, sí eso es posible.
Nos separamos al oír alguna bocina de cualquiera de los vehículos que están detrás nuestro.
-Por lo visto los teléfonos no son los únicos toca pelotas aquí...-murmuro cuando arranca.
-Te acostumbrarás.
-No, que va-aseguro negando con la cabeza-En cuanto vuelvas nada de móvil y nada de coger el coche. Nada de contaminar.
-A ver si sobrevives tu sin el móvil-ríe.
-Bueno, eso ya es otra cosa...
-Sisi...-ríe.
Diez minutos después, llegamos a la estación de renfe de Madrid.
Le ayudo a bajar la maleta del coche y entramos en en la estación.
Después de hacer el check in de las maletas y me espero con ella en el andén a que llegue su tren.
-Te echaré de menos-digo abrazándola con fuerza.
-Te llamaré en cuanto llegue a Alicante, te lo prometo.
-Odio las despedidas, siempre lloro-digo riendo.
-Esto no es un adiós, Alba, es un hasta luego. Sólo son dos semanas, ¿si?
-Si...-le acaricio el pelo por la espalda-Cuando vuelvas te estaré esperando en la casa nueva. Sin mis padres. Y podrás venir cuando te de la gana.
-Eso suena genial...-noto como se le forma una sonrisa.
Aparece el tren por la vía 4. Ro y yo nos separamos y juntamos las frentes.
-Te quiero-digo rodeándole el cuello con los brazos.
-Y yo, mi Pelirrosa tonta.
Nos damos un beso. No se exactamente cuanto dura, sólo se que tenemos que acabarlo cuando por el megáfono avisan que en dos minutos sale el tren.
Nos volvemos a abrazar y me da un beso en la mejilla.
Cuando se gira para subir al tren, me da una palmada en el culo.
-Te dije que empezaría la guerra-dice subiendo al tren.
-En ese caso mejor voy a preparar a mi ejército.
-Lo estaré esperando.
Sonreímos y un guardia se lleva a Rocío a su asiento.
Suenan los pitidos que indican que las puertas se están a punto de cerrar y a cierran, dejándome a mi sola en el andén.
Suelto un suspiro y me llega un WhatsApp. <<Ya te echo de menos💛>>.
A: Te quiero💋
R: Y yo amor💋💋💋 Hablamos luego, si?
A: Hasta luego😏💛💛
Guardo el móvil en mi bolsillo y salgo fuera. Por suerte, hay un taxi delante de la estación. Le digo la dirección de casa de Sonia y conduce hasta ahí. Por desgracia me toca uno de los taxistas aburridos que no dan conversación. Por suerte, me cuesta menos de cinco euros hasta su casa, así que no es para tanto.
Le doy un billete de 5€ y bajo. Llamo al timbre y una melena azul me abre la puerta.
-Hola-decimos a la vez. Nos abrasamos y me da un beso en la cabeza.
-¿Qué, has llorado al despedirte?
-No-niego con la cabeza-Pero la echo de menos-hago una nueva triste.
-Tengo una idea-levanta las cejas.
-Que miedo...
-¿Cantamos algo?
-¿No están tus padres?
-Que yo sepa no. Pero si están que se jodan.
Subimos a su cuarto y saca su guitarra escondida del armario.
-¿Te sabes alguna nueva? ¿Qué no sea de Malú?
-No...
-Muy mal, Alba, esto de estar tan pegada a Rocío te está afectando al coco.
Me río.
-A ver, saquemos alguna... ¿Sugerencias?
-Pues no se, contaba con que tu tuvieses alguna...
-Joder Sonia... Esto no funciona. Pensemos otra cosa.
-¿Tienes los regalos de Navidad?-cambia de tema.
-Tengo para ti, para Carlos y para Ro. Ya sabes que no doy para pensar más.
-Menos mal, yo sólo tengo el de David, el de Rocío y el tuyo...
-¿Qué le vas a regalar?
-¿A Rocío, mi amor?
-Es una sorpresa.
-¿No me lo dirás, no?
-No, ya sabes lo cabezota que soy.
-Ya... Oye, bajemos abajo.
La ayudo a levantarse, esconde la guitarra de nuevo y bajamos.
Nos empanamos viendo La Sirenita. Se acaba más tarde de las 3:30, por lo que decidimos hacer la comida.
Mientras lavo las lechugas, me suena el teléfono. La pantalla se ilumina con un RO💛💋
A: ¡Ro, mi amor! ¿Qué tal estas? ¿Has llegado ya a Alicante?
R: Acabo de bajar del tren, cariño, no he dado ni un paso todavía. Ya ves que soy mujer de palabra.
A: ¿Qué tal el viaje?
R: Si tu supieras...-ríe.
A: Tengo tiempo.
R: Ya verás más tarde. Que sepas que tienes un regalito esperando.
A: pues espero que llegues pronto, porque yo también tengo algo para ti. Y Sonia, pero no me quiere decir que es. Es una cabezota...
R: Bueno, pues tendremos que esperar... Oye, mi vida, tengo poca batería, cuando llegue a casa te llamo, ¿si?
A: Claro. Te quiero.
R: yo más. Chao.
A: Chao.
Llaman al timbre.
-Voy yo-digo.
Voy a la entrada, y al abrir la puerta veo a David.
-¡SONIA, TU AMADO ESTÁ AQUÍ!
-Yo en mis tiempos saludaba, Pelirrosa.
-No me llames Pelirrosa y pasa, culo gordo. ¿Has comido?
-Si, acabo de salir del McDonalds.
-¿Entiendes porqué te llamo culo gordo?
-Tienes motivos. ¿Vosotras habéis comido?
-No... Estábamos preparando una ensalada, pero yo no tengo hambre. Mejor me voy y os dejo solos.
-No quiero estropeados vuestros planes...
-No te preocupes, enserio, ya llamaré a Carlos...-entro en la cocina-Soniaaaa-alargo la A y le doy un abrazo-Me voy, os dejo solos.
-Antes de irme pasaré por tu casa-dice siguiéndome el abrazo-Tengo algo que darte.
-Genial. Pasadlo bien, y no me deis sobrinos demasiado temprano.
-Algún día tendrán que salir-dice Sonia acompañándome a la entrada.
-Pero mejor esperar.
Sonríe y nos volvemos a abrazar.
-Hasta mañana.
-Chao.
Vuelvo camino a mi casa, y justo cuando llego, mi novia me vuelve a llamar.
R: Mi amor
A: Dime ¿te ha pasado algo?
R: No, pero... Suena genial y me encanta poder llamarte así.
A: Te quiero demasiado, ¿lo sabías?
R: Yo más.
A: Sisi, sigue soñando... Espera, que subo a la habitación.
R: ¿Es que no sabes andar y hablar a la vez, Pelirrosa?
A: Claro que si, pero con lo torpe que soy fijo que me caigo por las escaleras-aprovecho cuando ríe para subirlas. Pongo el altavoz y me estiro en la cama.
R: ¿Qué haces?
A: Hablar contigo.
R: Eres tonta...
A: Respirar.
R: Albaaaa
A: Rooooo
R: Deja de decir bobadas y haz cosas productivas.
A: Se me ocurre algo productivo que podríamos estar haciendo tu y yo ahora mismo.
R: ¿Qué estas pensando ahora, mente sucia?
A: ¿Mente sucia? Mente sucia tu, yo estaba pensando en hacer FaceTime.
R: mecagüen ti, Alba-dice riendo-Va, te llamo.
Río y cuelga. Menos mal que se me ha ocurrido decir lo de hablar por Face, que sino...
Vuelve a aparecerme su llamada, pero esta vez con cámara. Apoyo el teléfono sobre la almohada y le doy a contestar. Cuando se carga la llamada, sólo veo una lámpara. Segundos después, la rubia aparece en la pantalla.
A: Bonita lámpara, ¿de dónde es?
Se gira y se queda mirándola.
R: Pues no lo se, la última vez que vine no estaba.
Nos quedamos en silencio mirándonos hasta que estallamos a carcajadas.
R: oye, tengo que contarte dos cosas muy fuertes...
A: ¿a quién tengo que pegar?
R: no, enserio, me he indignado con Blas y Carlos.
A: ¿que ha hecho este pelma ahora?
R: ¿Sabes que ya lo sabían?
A: mi amor, no leo mentes-reímos.
R: Ellos sabían que nos gustábamos.
A: ¡será hijo de fruta! Mira, ya no se qué me molesta, que se lo haya dicho a Blas después de decirle que no se lo dijera a nadie o que no me haya dicho que te gustaba.
R: Bueno, hemos acabado juntas...
A: Ya, pero de haberlo sabido, ¿crees que te habría besado en un baño? Puede ser original, pero no tiene nada de romántico...
R: ¿y cómo lo habrías hecho?
A: pues seguramente liaría alguna de las mías. Pero no incluiría un baño, te lo aseguro-reímos-Bueno, ¿y la segunda?
R: mi vida es muy triste... Voy a pasar fin de año sola con una criatura de un año...
A: ¿quién te ha chantajeado ahora, cariño?-pregunto divertida.
R: es la hija de mi prima... No voy a decirle que no.
A: al menos es sólo fin de año...
R: ya...
X: Rocío, a comer!-se oye lejanamente.
A: Jope, extraño hablar contigo sin interrupciones.
R: pero si siempre suena algún teléfono-reímos-luego hablamos.
A: Chao cielo.
R: adiós Albus.
Sonrío y cuelgo.

¿Crees ahora en el amor? |Albocío|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora