TRATA de no enamorarte [YoonMin]

CAPITULO 16: Viejo inicio ✓

  

—Oh por d... ¿Esto es una broma? – fue lo primero que dijo Yoongi al ver el "romántico detalle"

Giró sobre sus pies para mirar a la cara del imbécil más grande que ha conocido nunca, y había que meterse en el catálogo mental de Yoongi para ver a este sujeto como el más imbécil.  La expresión satisfecha en Choi, o la media sonrisa que demostró ese sentimiento, le revolvieron el estómago; esto no le gustaba a él, ¿Qué mierda esperaba que hiciera Yoongi con una "velada a solas en un caro restorán"?

Fue dificil no pensar en qué haría si fuese Jimin quien le diese el detalle (entrando en su modo bicurioso recién descubierto) y se detecto complacido del gesto si fuese otro quien lo organizará, pero en el mandamás sólo le provocaba náuseas.. maldito hijo de perra psicópata. A Yoongi todavía le escocía la mejilla que abofeteo un vuelo y un largo e incomodo paseo antes de esto, sus ojos color chocolate no podían dedicar más aborrecimiento al sitio lujoso y arreglado solo para ellos dos.

—¿Y qué? Esperas que llore por este bonito gesto, Choi - preguntó redundante y con ánimos de sobrar todo - ¿Qué diablos es esto?

—Entonces no te gustó - declaró "de decepcionado". La diminuta sonrisa en sus finos labios perdiéndose, sus anchos hombros cayendo un poco.

—¿De verdad te sorprende?  Acabas de golpear mi maldito rostro hace nada - siseó molesto – y tienes la jodida mano pesada como el plomo, bastardo. Estás chiflado si querías que sonría como un imbécil por esta mugre que preparaste para celebrar quién sabe qué evento enfermo quieres celebrar junto a mí, y que seguramente lo inventó tu retorcida cabeza de homicida, chulo y pérfido.

—Necesito abrir un paréntesis para recordarte que tú comenzaste. Me desobedeciste - se defendió "razonablemente" - En frente de esos igualados infames que no valen un estafilococo. Explícame tú, ¿Qué hubieses hecho si te ponen en ridículo frente a la carne que intimidas y vendes día a día?

¿Era en serio? Si había algo que Yoongi se negaba hacer en esta vida, eso era ponerse en la piel de Choi. En cambio respondió en calidad de pretendiente, algo que siempre le funcionaba para echar la balanza a su favor.

—Si intento fingir que me interesas, no te habría malogrado la cara frente a nadie para enseñarme el jodido jefe tuyo, ni para dar lecciones de obediencia; dalo por hecho.

—Actué mal, quizás - se preguntó retórico, restando importancia para molestar al otro – No lo creo, no me siento culpable o arrepentido.

—¿Consigues en algún momento de tu día manifestar esa clase de sentimientos?

—Buena pregunta – apretó con disimulo sus puños - Sí, los tengo cada vez que te veo; cuando continúas en tu lucha constante por alejarme entiendo que debo sentirme arrepentido y desistir, pero no lo estoy, realmente nunca lo estoy, en cambio intento reparar mis errores. Me resulta más gratificante y obrero en favor a ti y tu concepto de mí.

—¡En mí! - exclamó con burla y sin reparo – Este tinte roñoso de puta barata, esas chaquetas de hippie millonario que se droga y es extravagante - negó - esos accesorios basura que gritan "fóllame porque soy puto y agradecido" por dónde se las vea... No puede ser más obvio que me proyectas, Choi; nada de eso soy yo y me doy cuenta, pero tú continúas intentando la jodida mierda que no entiendes... ¡NO SOY TU MALDITA PASIVA!

—¡LO SÉ! - alzó la ronca y prominente voz por primera vez desde que lo conoció. Quizás por eso se quedó estático sintiendo que una torre de hombría, sólida e inminente, se despedazó un poco con aquella exclamación - Sé que no eres quien demonios quiero que seas... ¿Piensas que no lo sé? No te lo creas ni un segundo Min Yoongi, porque no estoy tan loco. Yo ya lo sé, con un demonio maldito que lo sé.