CAPITULO 37: Envenenado ✓

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— Ve al cuarto Jungkook, olvidé algo en la mesa - invitó al menor adelantarse.

— No se haga problemas por mi, lo espero Yoongi-hyung.

Rascó espontáneamente su muñeca y miró ansioso al rubio, Yoongi no podía decir si era porque no quería separarse por miedo al resto o por culpa a todos los acontecimientos entre ellos.

Le sonrió agradable.

— No me voy a detener por mucho, regresaré de inmediato y nada te sucederá. No estoy molesto y Nemov no está mas aquí. Ve tranquilo.

— De acuerdo - aceptó casi con un suspiro - Pero no era por nada de eso, sólo quería esperarte por educación, Hyung. No tengo miedo... Siempre - agregó - ni vigilo sus pasos, puede hacer lo que desee.

Yoongi frunció elevó una ceja y soltó una sonrisa floja, negando silencioso, el menor había visto a través de su respuesta y se excusó aunque Yoongi no hizo ninguna pregunta. Aparentemente se esforzaría por remendar lazos desde el inicio y con todas las ganas.

Acarició el cabello a modo de despedida y el chico, sonrojado, se fué de ahí derecho al cuarto compartido.

La cena fue extrañamente al estilo oriental, Yoongi sentía la necesidad de permanecer un segundo más mirando su plato vacío, recordando los días que su madre preparaba algo que a Yoongi le sabía a nostalgia. Extrañaba tanto los sentimientos sinceros de Mihyang al recordarle su procedencia, sus raíces, lo poco que él recordaba de Corea. A veces sentía que la vida junto a su progenitora había pasado en un parpadeo, él tenía ocho cuando llegaron a USA y posteriormente fueron abandonados por su padre, quien era el mayor ingreso económico de la casa.

A partir de ahí todo fue un tobogán de desgracias y lágrimas ocultas hasta que llegó Chae, luego continuó la tormenta. Yoongi ahora podía decir que fue feliz con nada cuando tenía una familia, esta era compuesta por Mihyang y su hermana; la canallada de su padre le obligó incluso a borrar el rostro del hombre en sus memorias, las pocas alegrías de infante se habían convertido en un efímero instante perdido. La primera mitad de su vida le sabía a un sueño demasiado largo pero al mismo tiempo corto, porque no duró lo suficiente. Su nueva realidad era tan pesada y fría.

De pronto un escozor interno le hizo alzar la mano y tocar disimuladamente su pecho, suficientes recuerdos por un platillo, tomó el piluso que dejó en la mesa y que todavía no recogió, diciéndose que Jeon la tuvo mejor al no conocer a su padre quien abandonó a la señora Jeon cuando estaba en cinta, porque así no tenía que cargar con una voz sin ojos ni expresiones en sus recuerdos, diciéndole que lo ama pero que no es suficiente.

Mucho mejor fue que Jeon Boram fuese linda y trate infantil al menor, que enseñara lados orgullosos y valientes cuando se metían con Kook, que fuese digna y transmitirá a su hijo la seguridad que Jungkook tendría si no le hubiese sucedido lo que le hizo el asqueroso de Nemov. Antes de eso, probablemente era un chico realmente fuerte y decidido, reflejando una agradable crianza llena de amor y consuelo.

«Todo lo que a mí me faltó y tuve que dejar de ser»

La señora Jeon sonaba divertida, interesante y por sobre todo una mujer dura y firme ante todo, a Yoongi le gustaba que Jungkook le hablara de ella, le hacía sentir que así sería su madre con él. Lástima y qué dolor inimaginable para quien vivió incansable por un hijo, y ya no tenerlo cerca. Perder a su madre tan pequeño y dejándole una hermana bebita fue duro, pero perder un hijo a quien le planeabas toda la vida y esperabas perderte antes que perderlo, debe ser brutal.

Por eso se juro cuidar al menor en nombre de su madre, preservando el amor puto y enorme de aquella mujer desesperada y, seguramente, hundida en la angustia.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora