CAPITULO 42 Sumiso

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"Tu felicidad es la mía, ahora y siempre fue igual."

Todavía no podía calmarse ante las palabras que su hermana le dijo el otro día, y eso que la estuvo mimando y hostigando constantemente luego de eso.

"No tienes que preocuparte por mí ni por nadie, Ginie, mamá no estaría decepcionada. No llores."

¿Cómo podía ser tan buena y estar tan enferma?

¿Éste era el precio de un corazón amable y bondadoso?

No, no podía ser la respuesta porque el Dios en el cual tanto creía su madre, esa fe que sin ser profesada alcanzó a su hermana, no podía ser menos que un castigo para Yoongi por ser así, porque el creado supo desde que fue concebido que sería una mala persona, quizás, y por ello le fue arrancando paulatinamente todo lo que le quedaba por cuidar.

"Sabes que te amo, mi corazón no cambia sólo porque te guste un chico. Estamos en otros tiempos Yoongi, nadie va a perseguirte por amar a otro hombre."

¿Entonces por qué la culpa lo hacía?

Quiso preguntarle a su hermana, pero no pudo porque aquello conllevaría a responder y rebelar muchas otras partes de su vida que prefería no decir, para que ella mantenga una salud mental, cuando menos, y no se preocupe o malogre por él, porque él ya estaba muerto desde que le dieron el diagnóstico a Chaerin de la leucemia.

Desde que el primer segundo que ese médico habló con él y supo entender que le había fallado a su madre en la promesa de cuidar muy bien a su dulce niña.

"Ven a verme pronto, Ginie, y cuando lo hagas trae a este nuevo alguien contigo, no dejes que se te escape si te sonrojas de esta manera por él, tiene que ser un buen hombre. No permito a nadie más. Y dile que voy a golpearlo si te hace llorar, estoy débil pero puedo guardar fuerzas sólo para eso si hace falta."

Él había odiado tanto a los homosexuales desde su padre, desde Anthony, desde Jake Bass... Desde Choi Seunghyun. Y ahora ella sonreía y pedía por el hombre que lo había vuelto de esa manera tan anómala y desagradable, tan moralmente imperdonable. Sabía de su padre abandonando a MiHyang cuando estaba embarazada de ella, y aun así no lo odió, ella eligió comprender y perdonar, olvidar y sanar antes que guardar el rencor por esa clase de personas tal y como él lo hizo por tanto tiempo.

<< ¿Qué va a ser de mí, el día que no estés? >>

- No - sacudió su cabeza, apartando el pensamiento porque las lagrimas volvían a nacer de sus rasgados ojos - No debo pensar así.

Cerca de llegar al asensor, cogió aire y serenó su mente lo mejor que pudo, había lavado su rostro antes de partir porque horas atrás había llorado todo el rato contemplando a Chae dormir, pidiendo disculpas, como siempre, por tener que marcharse de nuevo y dejarla sola.

<< Sólo un día más - rezó dentro de la caja metálica - Déjame verla un poco más >>

La mirada impaciente de Andreas cuando salió de la clínica fue todo lo que necesitó para entender que se había demorado más de lo permitido, aunque él ya sabía eso, dos horas más tarde de lo pactado no era una imprudencia inocente, sino un claro desacato a lo ordenado sumando lo poco que le importaban los tiempos que estos simios sin cola, debían manipular cuando de él se trataba. Estaba harto de que le llevasen y trajeran, y mucho más que nunca deseo que lo dejasen solo hoy, cuando más abatido y vencido se sentía.

No había que ser un genio para darse cuenta que estaba con el humor por los suelos, pero el mal genio del alemán no le dieron la posibilidad de notarlo, por otro lado, allá en el asiento del conductor con gafas de sol negras y un semblante gélido como un iceberg, se encontrada Snoeks, mirando al frente sin dirigir una mirada ni siquiera de reojo, y si lo hizo, él no pudo verlo.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora