El sharingan de Itachi no podía apartarse del cuerpo inmóvil de Kazuto. Jamás había tenido que ver morir a un compañero en sus brazos, ni siquiera habían herido a alguien de su grupo, quizá eso le había vuelto confiado, sabía que podía proteger a todos pero hoy... en el cuerpo de élite no lo había podido hacer y eso caía ahora mismo sobre él como una losa de plomo llena de culpabilidad.
Apartó un par de mechones rubios del flequillo de Kazuto para observar su rostro, estaba sucio por la ceniza y el humo que había desprendido la explosión.
- Ni se te ocurra tocarle – gritó desesperado Itachi.
- Itachi, necesito llevarle a un hospital.
- Tú no vas a llevarle a ningún lado. No confío en ti, ni en ninguno de este escuadrón. Yo lo llevaré.
- No llegarás a tiempo, eres rápido pero no tanto como yo. Puedo llevarle en cuestión de segundos. Dámelo, necesita atención urgente.
- Itachi, déjale – escuchó la orden de su superior, Ibiki Morino.
- Pero... - intentó quejarse Itachi pero Ibiki le negó con la cabeza insistiéndole en que no era el momento ni el lugar.
Itachi se limpió las lágrimas que estaba derramando y se apartó del cuerpo de Kazuto para que Sakumo pudiera cargarle y llevárselo. Desaparecieron de sus ojos en cuestión de segundos. No podía estar seguro si había hecho lo correcto o no dejando que aquel hombre que una vez les traicionó se llevase el cuerpo herido del novio de su tío. Ibiki se acercó a Itachi colocando su mano encima de sus hombros pero éste la apartó.
- No confío en él.
- Yo tampoco – le dijo Ibiki – pero espero que confíes en mi decisión. Ese hombre de ahí es el ninja más rápido de nuestro equipo en este momento, es el único capaz de llevarle a tiempo al hospital. Si le ocurre algo a Kazuto será mi culpa, yo di la orden. Estoy pensando únicamente en Kazuto y en cómo salvarle... si tengo que confiar en ese traidor para conseguirlo, entonces lo haré. Volvamos a la villa.
Todos comenzaron a volver hacia la villa de inmediato. Ninguno parecía muy afectado por el suceso a excepción de Itachi y de su superior Ibiki que miraban al resto del escuadrón tratando de averiguar qué podía pasarles por la cabeza para no preocuparse por un compañero.
La puerta de Konoha apareció ante sus ojos. Sus pies aceleraron el paso de inmediato esperando llegar cuando antes y manteniendo la esperanza de que aquel traidor le hubiera llevado sano y salvo al hospital. Si le había ocurrido algo él mismo sería capaz de matar a ese traidor con sus propias manos.
Cruzó la puerta obviando a los guardias que le obligaban a detenerse e identificarse, no tenía más tiempo que perder. Ni siquiera consiguió recorrer dos calles cuando Izuna apareció frente a él. Sonreía mientras hablaba con una anciana mujer que le vendía unas rojas manzanas que lucían una estupenda apariencia. Itachi se detuvo en seco frente a Izuna y los guardias que le seguían desde la puerta tratando de alcanzarle, finalmente consiguieron su objetivo.
- Izuna – susurró Itachi al ver a su tío.
- Necesitamos tu identificación – le decían los guardias a su espalda, pero Itachi volvió a correr por la calle hasta alcanzar a su tío.
- Izuna – le gritó esta vez para que le viera.
- Ey, Itachi, ¿qué haces por aquí? ¿No estabais de misión?
- Es que...
- ¿Es que? – preguntó Izuna sonriendo - ¿Qué ocurre? No deberíais volver hasta la noche, eso dijo Kazuto.
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¡Ten hijos para esto!: Nueva generación (Naruto)
FanfictionIzuna ha encontrado al amor de su vida en el mejor amigo de Minato Namikaze pero pese a amar a ese chico, siente que algo malo está ocurriendo con él. Izuna está dispuesto a averiguar qué le ocurre al amor de su vida arriesgando su propia vida si es...