Capítulo 16: Despierta a la pesadilla.

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El sol se elevaba en el cielo pero las nubes lo cubrieron enseguida dejando un día nublado y triste. Al abrir los ojos Izuna, se giró en la cama buscando con su brazo la añorada cintura de Kazuto, dándose cuenta al caer el brazo sobre el colchón que su esposo no estaba allí. Miró preocupado abriendo aún más los ojos e incorporándose. Aquello no era normal, Kazuto solía ser el chico más perezoso de todos, siempre le costaba salir de la cama y más cuando sabía que al día siguiente tenían el día libre los dos y podía despertar con una buena sesión de sexo, tal y como la noche anterior habían tenido.

Izuna decidió levantarse, seguramente su novio le habría dejado una nota o algo, él no acostumbraba a irse sin más sin decirle lo que ocurría. Allí estaba pasando algo extraño, así que se levantó con rapidez vistiéndose para salir hacia el comedor.

Todas las puertas correderas estaban cerradas, algo que tampoco encajaba con su esposo, él solía abrir unas cuantas al despertarse para ventilar las salas. ¿Dónde diablos se había metido ese Namikaze terco y cabezota? Izuna caminó por toda la casa descalzo buscando sin cesar a su novio, abriendo y cerrando todas las puertas hasta que encontró en la cocina la bandeja con el desayuno. Hacía tiempo que debía haberse marchado porque al tocar el arroz con el dedo lo sintió frío.

- ¿Qué narices pasa aquí? – se preguntó Izuna en voz alta sin entender nada hasta que vio aquella nota bajo el vaso de arcilla.

Sus dedos no esperaron ni un solo segundo a desplegar aquel papel doblado a conciencia. Cómo odiaba cuando Kazuto hacía esas cosas, doblar y redoblar los papeles como si fuera el mayor de los secretos lo que quisiera ocultar bajo tanto pliegue. Su humor empeoraba por momentos aquella mañana. No saber lo que ocurría, perder el control de la situación le hacía tensarse.

Las letras aparecieron frente a él al desplegar el último pliegue del papel. Sin duda era la letra de Kazuto, aquellos símbolos eran de Kazuto, podía identificar su estilo cuando los dibujaba, era muy característico. Leyó los símbolos descubriendo que su esposo se había marchado a una misión fuera de la villa, una misión de la que tendría que volver en unas horas.

Aquello no le encajaba en absoluto a Izuna. Kazuto no debería estar en ninguna misión. Era profesor de la academia desde hacía cuatro años, como mucho entrenaba equipos de chiquillos de doce años que hacían sus primeras misiones dentro de los muros de la villa y les preparaba para el examen a Chunnin. ¿Qué hacía él fuera en una misión? Desde luego una cosa tenía clara y más al ver parte de un pergamino quemado en la chimenea que se apagaba con lentitud. Cogió el trozo de pergamino y lo apretó con fuerza en su mano. La base ANBU había contactado con él.

Enfadado como estaba, corrió hasta la entrada calzándose, tenía que ir de inmediato a buscar al responsable directo de aquella misión, a Tobirama, líder del escuadrón. Estaba convencido de que él debía saber todo acerca de aquella misión y en ese momento, necesitaba respuestas y urgentemente. Para nada le había gustado aquel presentimiento que su esposo había tenido la noche anterior y desde luego, menos le gustaba saber que estaba ahí fuera en una misión bajo ese presentimiento. Ahora él mismo tenía esa mala corazonada metida en el cuerpo.

Apenas tardó unos minutos en llegar a la base. Todo el edificio estaba en completa calma, algo muy extraño tratándose de la base más importante de la villa. Sólo algunos ninjas murmuraban por los rincones hablando sobre algunas misiones con sus compañeros, pero toda la sala principal se silenció al ver entrar a Izuna Uchiha por allí. Todos sabían de su rivalidad con Tobirama y que estuviera allí precisamente después de cuatro años de absoluta tranquilidad, no era buena señal para nadie.

Izuna subió al piso superior en busca del líder del escuadrón. Ni siquiera se molestó en tocar la puerta, la abrió sin más, sin importarle si interrumpía alguna de sus típicas reuniones o cualquier otra cosa. Estaba tan enfadado con aquel suceso que no podía evitar que se le notase.

¡Ten hijos para esto!: Nueva generación (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora