Capítulo 6: Ex carcelarios.

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Los pájaros cantaban como nunca aquella mañana, al menos eso pensó Kazuto al escuchar el incesante piar de aquellos pequeños animalillos. Abrió los ojos con lentitud y trató de moverse sin mucho éxito, todo su cuerpo estaba agarrotado, seguramente por haber dormido en una mala posición. Se daba cuenta ahora que estaba aún sentado en aquel frío suelo del baño, acurrucado en los brazos firmes de su novio que dormía recostado contra la pared hundiendo su rostro en la clavícula de Kazuto.

No podía creerse que se hubieran quedado dormidos allí en aquella mala postura. Izuna debía estar muy cansado y encima él no le había dejado descansar correctamente. Aún fue peor al recordar cómo anoche había huido del sexo como un gato atemorizado. Era su novio, llevaban meses saliendo y no había sido capaz de tener sexo con él. Miró sus manos temblorosas y se preguntó qué estaba ocurriéndole. No lo sabía pero sólo tenía ganas de llorar. Tenía al chico más maravilloso de todos y no podía darle lo que necesitaba. ¿Le convertía aquello en un mal novio?

Kazuto levantó su mano dudando un segundo antes de tocar el rostro de su novio. No quería tocarle y despertarle pero tampoco podía cargarle hasta la habitación sin más para que descansase. Al menos él tendría el día libre, algo que Kazuto no tenía. Estaba empezando a cansarse por no tener ni un solo día libre para pasarlo con su novio. Izuna al darse cuenta de aquella mano que se había paralizado antes de tocarle, sonrió sin abrir los ojos.

- Te quiero – le susurró Izuna sorprendiendo aún más a un Kazuto que agachó el rostro algo sonrojado.

- Creí que dormías – dijo entristecido – lamento haberte hecho dormir aquí. Lo siento mucho.

- Siempre que esté contigo me da igual dónde dormir. Lo único es que se me ha dormido un poco el brazo – sonrió – has apoyado tu cabeza en el brazo y no querías moverte.

- Podías haberme despertado – dijo haciendo un leve puchero como si de un niño pequeño se tratase.

- Estabas cansado, prefería que durmieras.

- Izuna... ¿Por qué...?

Kazuto se quedó a mitad de la frase dándose cuenta de que no podía preguntarle lo que quería así como si nada. Agachó nuevamente la mirada pensando por qué se había fijado en él, por qué, si lo único que le ofrecía era tristeza y problemas, ni siquiera le había hecho feliz aún. ¿Por qué le eligió a él entre toda la gente de la villa? No lo entendía pero sabía que no podía preguntarlo.

- ¿Por qué, qué? – preguntó Izuna dándose cuenta de que había dejado la frase a mitad.

- ¿Por qué eres tú el único con el que me siento protegido? – preguntó Kazuto cambiando su primera pregunta y sonriendo.

- Será porque me quieres aunque sea un poquito. Quizá nunca me lo hayas dicho pero... sé que es así.

La sorpresa llegó al rostro de Kazuto de inmediato. No se había dado cuenta pero era cierto que esquivaba decirle que le quería cuando Izuna lo decía abiertamente. Sólo a una persona se lo había dicho y le habían traicionado, le rompieron el corazón y casi le cuesta la vida, no estaba preparado para decir algo así aunque sintiera el mayor de los amores con ese Uchiha de mirada dulce.

- Lo...

- Lo sientes, sí – dijo Izuna sonriendo – Esa frase en cambio la escucho constantemente. Deja de disculparte por todo, te quiero y no va a cambiar. Da igual si me haces dormir en un baño o si voy a tener que escucharte roncar todas las noches – sonrió haciendo sonreír también a Kazuto – te sigo queriendo.

¡Ten hijos para esto!: Nueva generación (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora