Capítulo 15: Misión suicida

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Pasaban de las cuatro de la mañana cuando Kazuto abrió los ojos sobresaltado sintiendo una presencia extraña en la casa. El cuarto estaba oscuro y al mirar por la empeñada ventana, aún podía distinguir que seguían cayendo aquellos copos de nieve. Los inviernos en Konoha eran duros y fríos. Pese a revisar toda la habitación con la mirada, nadie apareció ante sus ojos, el cuarto estaba desierto excepto por su esposo a su lado en la cama.

Resopló un segundo antes de coger aire de nuevo. Cerró los ojos apoyando su espalda contra la cabecera de la cama y llevó sus largos dedos hacia sus ojos intentando calmarse. Tan sólo había sido una pesadilla, una sensación extraña que le había revuelto un poco el estómago.

- ¿Estás bien? – preguntó Izuna medio dormido.

- Sí. Duerme – sonrió Kazuto – sólo ha sido una pesadilla.

- ¿Una pesadilla? – preguntó Izuna notablemente preocupado. Eran raras las veces que Kazuto tenía pesadillas desde que había conseguido librarse de aquellos traumas.

- No te preocupes. Estoy bien.

- ¿Estás seguro? No tienes buena cara.

- Ni siquiera creo que haya sido una pesadilla, ha sido más como una sensación.

- ¿Una sensación?

- Sí – comentó Kazuto observando cómo Izuna se incorporaba un poco y apoyaba también su espalda contra el cabecero de la cama para observarle mejor. Kazuto pensó las palabras antes de explicarse y sonrió antes de comenzar a gesticular con la mano – siento que después de un periodo de calma siempre viene una tormenta.

- Sí, el ciclo de la vida.

- Exacto, todo está sincronizado. Después de algo malo viene algo bueno y viceversa, el ciclo se repite una y otra vez.

- Tiene sentido. ¿Qué ocurre con eso?

- Pues que llevamos una larga temporada sin problemas – dijo Kazuto – como cuatro años y eso es mucho tiempo.

- Y crees que va a pasar algo malo – susurró Izuna sonriendo.

- La balanza debe inclinarse en algún momento. No me gusta hacia el lado al que debe inclinarse.

- No tiene por qué pasar nada. Quizá sólo es una sensación. Tú mismo lo has dicho, han sido cuatro años de tranquilidad.

- Por eso mismo, demasiado tiempo sin que suceda algo malo.

- No sé, Kazuto. Eres un chico inteligente pero últimamente todo está muy tranquilo. Hasta Tobirama parece haber calmado sus ansias de venganza desde que nos fuimos de su escuadrón. Sabes que confío en ti ciegamente. Si me dices que desconfías de alguien o de algo, yo te creo y haré lo posible para que estés bien.

- Ya lo sé – susurró Kazuto acariciando la mejilla de su esposo mientras apoyaba su frente contra la suya – Te quiero.

- Y yo a ti. Eres lo mejor de mi vida. Sé que últimamente he estado un poco susceptible con todo el asunto de...

- ¿De tus ojos? – preguntó Kazuto sonriendo – yo te quiero igualmente. No me importa el sharingan.

- Me asusta no poder volver a verte.

- Lo arreglaremos.

- No es cierto. Hemos visitado demasiados médicos, hemos probado demasiadas medicinas pero sigue siendo inútil. Mis ojos están perdiendo la luz.

¡Ten hijos para esto!: Nueva generación (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora