41 ϟ Peligro

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Entre el revuelo de lo sucedido con Draco, que Issa tuviera que recuperarse de lo sucedido con su primo, la verdad de Antares y que Harry fuera soltado muy tarde por Snape, unos días pasaron hasta que todos se reunieron para de una vez por todas deshacerse del peligroso libro.

Ron, Hermione y Ginny se mantuvieron sentados, callados y atentos mirando como Harry estaba de pie frente a Issa con el libro en mano. Esperaban que no dudara tanto o que al final no se negara, porque sabían que llegarían a una discusión al ninguno de ellos querer que él continuara con aquello, esas páginas tenían magia que Harry no comprendía y causaba más daños de lo que podía imaginar.

—Dámelo —indico la Black tendiendo una mano y viendo el libro.

El pelinegro se fijo en el viejo objeto unos segundos antes de tendérselo por completo, a lo que Issa lo agarro con un asentimiento conforme.

—Es lo mejor —aseguro viendo como se movía y se sentaba con un suspiro junto a Ginny.

—Lo sé —respondió sintiendo que había perdido algo importante, pero que al mismo tiempo dejaba de pesar en él, estaba más liviano.

—¿Entonces no podrás jugar en el último partido? —pregunto Ron con pena al ya saber la respuesta.

—El castigo es ese más uno que debo cumplir con Snape hasta casi el final de las clases —aclaro.

Todos hicieron una mueca.

—No es nada considerando la gravedad de la situación, sé que fue accidental, pero podrían haberte expulsado y Snape entregado a Narcissa para que sufrieras un poco, así que dentro de todo esta bien —comento Ginny queriendo que viera el lado bueno y levantara su animo.

—Harry, es hora de que consigas el recuerdo de Slughorn, esto no puede alargarse más —hablo Hermione algo preocupada por que ese tema no avanzara.

El chico bajo la mirada y asintió.

—Tienes razón —miro a la ventana pensativo—. Lo haré hoy.

—¿De qué manera? —pregunto Ron—. Haces meses que vienes intentando, ¿cómo lo harás en un día?

El pelirrojo de respuesta tuvo la visión de su amigo sacando de su bolsillo el frasco con la poción de la suerte, la cual levanto hacía él antes de sacar el corcho, inspirar y llevar la punta a la boca para tomar todo el contenido de un solo saque.

—¿Y?, ¿cómo se siente? —pregunto el chico en gran expectativa.

Harry inspiro esperando unos segundos y sonrió mirando a su alrededor.

—Bien, se siente muy bien —dio poniéndose de pie—. Iré a buscarlo, ¡deséenme suerte!

—No creo que lo necesites —rió Ginny viéndolo salir de la sala común con paso firme y rápido.

—Esperen, ¿Harry no me había dado su poción a mi? —pregunto Ron, a lo que las tres chicas se congelaron en el lugar.

¿Le decían la verdad o no?

—Yo me voy a tirar esto, luego los busco —dijo Issa levanto el libro—. Yo si creo que voy a necesitar suerte.

—Suerte —sonrió Hermione haciendo que ella también lo hiciera y terminara por seguir el camino de su amigo, dejándole a las otras dos el trabajo de explicarle a Ron que en realidad no había tomando nada en el día de su primer partido.

La Black bajo los escalones hasta el tercer piso y se subió a las escaleras movedizas para ir al último al saber que ahí siempre había menos personas que en los otros niveles, así que no tuvo que moverse demasiado para encontrar un corredor vacío. Se concentro mirando una pared y por un momento cerro los ojos visualizando lo que quería, para que después al abrirlos encontrara la puerta de la Sala de los Menesteres. Se introdujo rápido y dejo que la entrada desapareciera de la vista de todos mientras se metía en un mundo del que no todos estaban enterados y observaba asombrada las enormes montañas de objetos en ese espacio que no parecía tener fin.

𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora