𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊

20 ϟ Cuarto año

Chapoteando agua con cada paso, los recién llegados al comedor gruñeron a medida que se iban sentando al lado de los estudiantes secos que no habían corrido la "suerte" de encontrarse con Peeves, el poltergeist, y sus gigantes globos de agua. McGonadall estaba histérica con la criatura, no había logrado pararla porque prácticamente no le hacía caso a nadie que no fuera el fantasma de Slyhterin, y este en general no era demasiado colaborativo en prestar su presencia para pararlo, así que, como en general, darle ordenes fue un total fracaso.

—¡Harry! —llamo Colin, un joven que años atrás había sido petrificado por el basilisco.

—Ah, hola Colin —saludo el pelinegro sacándose la túnica para escurrirla al tiempo que sus amigas hacían lo mismo con sus cabellos.

Escuchando que le contaba que este año su hermano Dennis entraría, él solo esperaba que quedara en Gryffindor, aunque decía que como él ya estaba allí el pequeño también debía de ser seleccionados en esa casa al compararse con el caso Weasley.

—No siempre sucede, una de las gemelas Patil esta en Gryffindor y la otra en Ravenclaw —dijo Hermione—. O mira a Issa.

La nombrada levanto una mano.

—Mi hermano está en Slytherin.

Colin pareció un poco en pánico por esa última situación, pero asintió con su usual sonrisa no mostrando la preocupación que le dio y se retiro para irse a sentar con sus compañeros.

—¿Estaba nublado cuando llegamos? —pregunto Hermione viendo el techo del comedor, el cual enseñaba unas oscuras nubes repletas de relámpagos.

—Ni me fije, Peeves me distrajo lo suficiente —gruño la Black escuchando como las puertas del comedor se abrían en grande chocando apenas las paredes.

Mostrando a una McGonadall muy poco feliz por el poltergeist, alumnos de primer año empezaron a entrar detrás de ella observando todo con ojos muy grandes y algunos pequeños sonrojos al todos estar viéndolos.

Una vez pasada la selección, Dumbledore dio la orden y las mesas se llenaron de comida para felicidad de los hambrientos, que eran todos, y el ruido de las conversaciones, festejos y palabras de bienvenida no se hicieron esperar.

—Hey, los fantasmas de cada casa están presentes —comento Ginny girándose para ver la mesa de Ravenclaw y, más atrás, la del Hufflepuff—. En general siempre falta alguno.

—Hoy es una ocasión especial —informo Nick Casi Decapitado—. Ya verán —dijo con misterio guiñando un ojos mientras flotaba sobre ellos para sentarse en un extremo de la mesa.

Un rato después, Dumbledore se levanto y dijo las típicas cosas de cada año hasta que una extraña dejó a todos más que callados.

—La copa de quidditch no se celebrara este año.

Issa elevo ambas cejas y miro alrededor para ver si el resto también había entendido lo mismo, pero, por la cara de los gemelos y Oliver, eso si se había pronunciado. Por un momento pensó que se llegó a esa decisión por lo sucedido en el mundial, pero la explicación llegó rápido.

—Este año, Hogwarts no solo sera su hogar, si no de dos grandes colegios al ser la sede de un importante y legendario evento —informo manteniendo la expectativa—. Este año sucederá el...

Cortando su hablar, el celador apareció y corrió con sus duras articulaciones por el pasillo principal para acercarse a Dumbledore y murmurarle algo al oído.

—¿Ya? —pregunto acercando más su oído como si no hubiera entendido—. De acuerdo, háganlos pasar y déjelos detrás de la puertas del comedor hasta que los presente —indico asintiendo y Filch se echo a correr de vuelta—. Hm, como decía, este año seremos sede del Torneo de los Tres Magos, una competencia amistosa de los colegios más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang. Un estudiante de cada escuela será seleccionado y los tres participaran en una serie de pruebas.