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¡Por fin! ¡Santas y benditas sean las vacas me volteó a ver!

Arribé temprano a la escuela, así que tenía  que esperar en vigilancia junto a mi amiga Florencia que los del primer turno salieran para poder entrar a mi salón.

Cuando Camila bajó las escaleras sentí una opresión de decepción en mi interior, porque creí que James no había asistido a clases de nuevo, me limité a saludarla y ella me devolvió el gesto.

Se me pasó por la cabeza que ambas estábamos intentando conquistar al mismo chico, lo cual sonaba bastante gracioso en este punto.

Le conté a Florencia sobre mi Crush, y ella estaba intrigada por conocerlo, así que acordamos que cuando lo viera, iba a decir una palabra clave que no tenía coherencia.

Las personas ahora eran cada vez menos quienes bajaban por las escaleras, y entonces sucedió.

Abrí mis ojos abrumada, admirando su belleza de dios griego.

¿Te ha ocurrido que no puedes creer que exista una persona tan bella?

Eso ocurrió cuando lo vi.

Mordí mi labio inferior para ocultar la tonta sonrisa que se había marcado en mi rostro, mientras él bajaba con su infinita seguridad.

—Tacos...—Espeté en dirección a Florencia, ella arrugó la nariz y me observó confundida. —¡Crush...Tacos!

Mi voz había salido más aguda de lo que pretendía. Sus ojos se posaron en mi de pronto, y quise correr lejos, ¿acaso él también tenía antojo de tacos?

Disculpen, pero una chica tiene necesidades.

Su mirada se suavizó entonces, aún en mi, mientras mi cuerpo comenzaba a hiperventilar. Se me dificultó respirar y en segundos quitó su mirada de mi, pero segundos después volvió a observarme, ésta vez sus ojos parecían fríos y distantes.

Algo en mi estómago se removió, pero entonces me percaté de algo... Lucía enojado. ¿Por qué?

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora