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Mi familia y yo nos dirigíamos a Cancún, la ciudad que solía ser nuestro hogar antes de que transfirieran a papá de trabajo hace dos años. El fin de semana había llegado, y sentía un inmenso dolor de estómago sólo de pensar que la siguiente semana comenzarían los parciales.

No había reparado en el hecho de que me encontraba en último año, y pronto tendría que decidir a qué universidad aplicar, no podía evitar este sentimiento que me inundaba siempre que pensaba en el día que las clases terminaran y dejara de ver todos los días a James, y él continuaría su camino por sí solo, mientras yo me marchaba a otra universidad.

No quería que esto terminara, no lograba concebir la idea de que algún día, nosotros olvidaríamos todo lo que dijimos, todo lo que prometimos y no podríamos cumplir jamás, nos olvidaríamos en algún momento y seríamos unos simples desconocidos, porque eso es lo que sucede en el "amor", siempre hay un final, por más que intentara ignorarlo, sabía que él y yo no estaríamos juntos por siempre, porque era imposible pensarlo siquiera.

Todo lo que comienza mal, termina mal.

Suspiré contra el vidrio de la ventana, y recosté mi cabeza sobre éste, pero me percaté de que Ben, mi hermano mayor, me había estado mirando constantemente de manera fría desde el momento en que habíamos subido al auto de papá, y no sabía a qué se debía.

Últimamente me ignoraba cuando le hablaba, o me contestaba de forma grosera. No podía soportar su pesada mirada sobre mi, así que sin más preámbulos me senté derecha y hablé por lo bajo, aprovechando que papá le ponía gasolina al coche y que mamá estaba completamente dormida en el asiento delantero.

—¿Qué? —Espeté divertida. —¿Te debo algo?

Ben me fulminó con la mirada y negó con la cabeza. —Cállate, no me hables.

Enarqué una ceja confundida.
—¿Por qué?

Él puso los ojos en blanco, y sólo entonces me di cuenta que era una mala manía que venía de familia, a pesar de que papá odiaba que hiciéramos eso.

—¿Por qué te comportas así conmigo?
Presioné de nuevo, ya que parecía no querer decirme una sola palabra.

—Tu sabes bien porqué.

Negué con la cabeza.
—Si lo supiera no estaría preguntando.

Ben seguía observándome indiferente, y podía sentir que había ira dentro de él.

—Porque leí tus mensajes con James.

Abrí los ojos como platillos y tragué saliva. Maya se giró de inmediato, ya que ella estaba en medio de ambos, me dedicó una mirada de pura compasión, mientras cargaba a mi sobrino Drew, que dormía ajeno a cualquier problema.

Joder, no, ¿por qué diantres ha hecho eso?

—¡¿Por qué los leíste?! ¡No tenías derecho!
Había alzado la voz más de lo debido, pero por suerte mamá seguía dormida y papá continuaba fuera del auto.

Ben me miró con cara de "Es obvio, estúpida", como si lo que hizo no fuera una falta de respeto a mi privacidad.

Sabía que él se preocupaba por mi, pero esa no era la forma de hacer las cosas. Confieso que no tenía nada malo en mis mensajes con James, siempre hablábamos como buenos amigos y hacíamos bromas, jamás nos decíamos cosas lindas ni mucho menos, pero no dejaba de sentirme abusada.

—Dejaste tu facebook abierto en el iPad. —repuso segundos después, con molestia palpable. —Lo necesitaba y tus mensajes con él me aparecieron. Da gracias a Dios de que yo no estaba cuando te visitó en tu cumpleaños, porque le hubiera partido la cara.

Entrecerré los ojos en su contra.

¡Pero qué estúpida eres April, ¿cómo se te pasó cerrar tu cuenta?!

No podía molestarme con Ben, número uno porque él estaba más molesto que yo, y número dos porque entendía perfectamente su enojo.

Maya me dio un ligero codazo en el estómago. Me crucé de brazos y me mantuve el resto del camino en silencio, fingiendo estar dormida.

No quería perder la confianza de Ben, él era un buen confidente en ciertas ocasiones, y ahora todo se estaba yendo a la basura, mis malas decisiones comenzaban a sembrar consecuencias, y por alguna razón, podía presentir que esta sería la primera de muchas más por venir.

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora