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Me desperté apresurada a las siete treinta, y corrí por toda mi habitación como una loca desquiciada para tomar mi outfit y apresurarme a arreglarme.

Un short verde precioso, y una blusa algo colorida me parecieron buena idea, decidí agregar una capa que me llegaba hasta los tobillos para no lucir como loca veraniega en plena primavera.

Invertí algo extra de empeño en mi look, y cuando menos me di cuenta, ya se habían hecho las ocho en punto y aún no había desayunado.

Terminé de cepillar mi cabello, y corrí a la planta baja, tomé unas barras de cereal y me aproximé hasta la salida de casa, rumbo a la parada de autobús.

{...}

Cuando llegué a la escuela, bajé rápido del bus y me apresuré al interior del plantel, corrí hacia las escaleras, y por suerte cuando llegué James aún no se encontraba ahí.

Solté un suspiro aliviada, y me senté en el lugar del vigilante mientras aguardaba a que él bajara. Mi corazón estaba acelerado a mil, y quería golpearme para dejar de estar tan nerviosa.

James no puede verme tan nerviosa.

Pasaron los minutos, y sólo aguardaban un par de minutos para las nueve de la mañana; justo la hora en la que James dijo que estaría aquí.

Nada.

Las nueve en punto se hicieron presentes, y los estudiantes comenzaban a salir y bajar las escaleras, unas náuseas inmensas invadieron todo mi estómago pero me obligué a controlarme.

De pronto la voz de mi mejor amiga, Florencia, me tomó por sorpresa; mientras se posaba a mi lado.

—¿A qué esperas April? —inquirió con tono irritado. —Tenemos que exponer en la primera hora, y tu aún no te cambias.

Mordí mi mejilla y asentí brevemente, le di un último vistazo a las escaleras, y los alumnos continuaban bajando, todos menos él.

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora