Un día, no pude aguantarlo más.
Me paré justo debajo de la cornisa y te grité "¡Hola!"
Tú me miraste, pero no contestaste.
Chica de la cornisa, ¿acaso eras muda?
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La chica de la cornisa
Short StoryElla se sentaba todos los días en la cornisa de una casa, mirando a la nada. Él la vio, y no pudo olvidarla.