Que me ignoraras solo me hizo querer intentar con más ganas conocerte.
Por eso, la siguiente vez que te vi, trepé a un árbol hasta llegar a la cornisa.
No te giraste para verme cuando te salude, pero pude notar cómo te removías incomoda.
Al estar tan cerca, pude olerte.
Chica de la cornisa, ¿eras consciente de lo bien que olías?
ESTÁS LEYENDO
La chica de la cornisa
PovídkyElla se sentaba todos los días en la cornisa de una casa, mirando a la nada. Él la vio, y no pudo olvidarla.