Te negaste a salir a algún lugar conmigo, pero nunca dijiste nada de una cita en la cornisa.
Aunque en la noche nunca estabas, ese día te pedí que me esperaras a las 9 pm.
Temía que no aparecieras, pero mis miedos quedaron olvidados en cuanto entré a tu calle y te vi allí.
Algo había cambiado en ti, ¿tenías un peinado distinto?
Chica de la cornisa, estabas hermosa.
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La chica de la cornisa
Short StoryElla se sentaba todos los días en la cornisa de una casa, mirando a la nada. Él la vio, y no pudo olvidarla.