A partir de esa noche, pude abrazarte cada vez que quería. Comenzamos a hablar todo el tiempo. Reías con frecuencia, y eso me hacía muy feliz.
Y es que, chica de la cornisa ¿acaso comenzabas a sentir lo mismo que yo por ti?
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La chica de la cornisa
Cerita PendekElla se sentaba todos los días en la cornisa de una casa, mirando a la nada. Él la vio, y no pudo olvidarla.