La Última Promesa|| [SinEditar]

Capítulo 26

-Que gusto verte, mamá - me levanto a abrazarla.- te echaba de menos.
-Y yo a ti- dice, estoy tan feliz de que este de regreso en casa.
-Y cuéntame, ¿Cómo te fue? - digo cuando me suelta.
-Bien, tuve mucho trabajo, pero la capital es muy hermosa. Tanto arte, personas y tiendas. Las calles son hermosas, y los restaurantes bellísimos. Me hubiera encantado llevarte conmigo. Tal vez vallamos en estas vacaciones.
-A mi igual me encantaría.-respondo. El arte y la buena musica me encanta, y se que en la ciudad los puedo encontrar.
-Y cómo te fue a ti cariño. No te portaste mal.- se ríe. Lo que más extrañaba de ella, eran sus hermosos ojos.- ¿Y tu cita doble con Rose?
-Bien. Al final resultó que solo fuimos dos.
-Ese chico y tú.
-Sí. Pero no resulto tan horrible como pensaba. De hecho fue... lindo. Al menos esa noche fue buena para mi porque esa misma noche, Rose terminó con Jonh. Resulta que Jonh la engañaba.
-Eso es horrible- dice y se sienta junto a mi.-y ese chico y tú... ¿qué ha pasado?
-Salimos por un tiempo.
-¿Solamente?
-No. Ahora somos novios -
-En serio. Que alegría Ali.-pensé que reaccionaría diferente. Tal vez molesta o desconcertada. Pero en vez de eso, esta feliz.
-Yo también me alegro. ¿Y tú? - digo. Quiero saber sobre el pretendiente de mi madre.
-Conocí a alguien. Fue en un café. Se llama David, es abogado al igual que yo, pero tenemos tanto en común. Me gustaría que se conocieran, claro, si no te molesta.
-Claro que no me molesta. Me alegra de que busques la felicidad. - digo. Realmente merece que vuelva a ser feliz, y yo no soy nadie para impedírselo. Después de la perdida de mi padre, no había vuelto a ver esa chispa en sus ojos.

-Igual me alegra de que le hayas dado una oportunidad al amor, Ali. - dice- temía que terminaras sola y con 50 gatos.
-Y rodeada de libros - ambas reímos. - no sería tan malo.
-No lo sería.

-Ali, también me llamaron para terminar con unos asuntos de tu padre- me pongo un poco incomoda. No me gusta hablar de eso.- También me dijeron que el asesino y su cómplice, ya salieron en libertad.
-En serio. ¿Es todo lo que le hacen a los asesinos?, los encarcelan un tiempo y después están en libertad, como si la vida humana fuera algo que se puede desechar.
-Opino lo mismo, pero por desgracia, la justicia siempre esta en tu contra.

No puedo creer que solamente estuvieron encarcelados un año. Un asesino nunca debería estar en libertad.

-¿Y sabes sus nombres? - le pregunto.

-Si. El asesino se llama Marcus Brooks y su cómplice, Matthew Levine.