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-Queeeeee mierda.. - dijo el Diego mirándole los senos a la Pancha.

Oye, qué te pasa, es mía.

La Pancha se tapó.

-¡SALEEEE, QUÉ TE PASA QUE ANDAI SAPEANDO!- le dijo susurrando y enojada- Y no le digai nada a la mamá, solo quería experimentar, me gusta el pico, ¿ya?- le dijo al Diego, y él se fue.

Mierda, eso me dolió mucho, aunque ya lo sabia, no tenía porqué decirlo.. No era necesario.

Solo la mire y sonreí con una sonrisa culia falsa.

-Pancha, esto fue un error, nunca más.- le dije, ocultando mi tristeza.

-Sí, tienes razón, perdón.- me dijo la cínica..

Aunque la amaba, me estaba empezando a caer mal. ¿Qué wea? me toca y después hace como si nada, sabiendo que la amo. ¿Cómo mierda haces eso? Ahh, ser lesbiana no es nada fácil.

-Oye, creo que no funcionará el que me quede en tu casa.. Mejor iré donde mi papá..- le dije demostrando mi tristeza.

-¡¡Pero si tu papá vive súper lejos!!- me dijo con tono de desaprobación.

-Si sé, pero no me queda de otra, tomaré un avión, total le saqué la tarjeta de crédito a mi mamá. -que soy pilla.

Me despedí de la Pancha, bajé y me despedí de su mamá. Mire mi celular y eran las 22:24, había salido de mi casa como a las 8:47, si mal no recuerdo.

No me quedaba de otra que irme caminando al aeropuerto, que no quedaba taaaan lejos, como 1 hora y media me iba a demorar, pero que más da.

Me llevaba súper bien con mi papá, incluso mejor que con mi mamá, solo que lamentablemente me tuve que quedar con ella, ya que ellos son los que deciden.

Yo iba todos los veranos a su casa, él vive en Concepción, me gustaba mucho ir para allá porque, como dije anteriormente, mi papá me cae súper bien. Es el mejor papá del mundo, y como lo es, él era el único que sabía mi secreto.

Sé que debí haberlo contado antes pero no siempre puedo pensar todo a la vez.

Acabo de llegar al aeropuerto, y son las 23:18, corrí a una parte donde hay computadores para comprar un pasaje, y había uno a las 23:30.

Tengo la tremenda suerte, hermano.

Como mi mamá era una zorrita que no pudo aceptar a su pobre hija lesbiana, fui al Starbucks a comprarme un café con su maldita tarjeta.

Eran las 23:22, así que corrí al embarque y todo eso que tienes que hacer antes de subirte al avión.

A las 23:26, terrible justo, estaba arriba del avión, serían como 40 minutos de vuelo, la nada misma.

Cómo ser lesbianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora