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Narra Francisca (Pancha)

Llegué a la casa de una vez por todas, harta de todo lo que tuve que hacer hoy. Cuando abro la puerta me indigno al ver que la mamá de Tifany no ha llegado aún, pero decido esperarla sentada en el sillón.

En unos minutos alguien toca la puerta y es ella. Me levanto para ir a abrir la puerta.

-Hola-saluda- Perdón por llegar tarde.. No sabía a qué hora terminarían y no quería...

-No se preocupe-la interrumpo y sonrío cínicamente.

-Está bien-responde y se sienta en el sillón-¿Cuánto te pago? Pagaré lo que sea con la condición de que sigas haciendo lo que te pedí.

-Si, pido $30.000 pesos cada vez que tenga que hacerle el favor.

-Bueno-dice buscando el dinero en su cartera-Aquí tienes-me pasa el dinero con una sonrisa y lo recibo-De verdad, muchas gracias, no sabes cuánto te lo agradezco. Bueno, me tengo que ir, ya sabes.. Si es que ella toma la iniciativa avísame para pagarte, nos vemos-dice dirigiéndose hacia la puerta y se despide con la mano.

-Adiós-cierro la puerta.

-¿Quién era?

-¡AY! ¡DIEGO! ¡Deja de asustarme de esa manera!-digo indignada, y sí que me ha pegado el susto de mi vida-No sabía que estabas en la casa.

-Lo mismo digo, pero no me cambies el tema, ¿quién era?

-Nadie..-digo y subo las escaleras para ir a mi pieza, ignorando a mi hermano.

Me siento un poco mal por lo que le estoy haciendo, es mi mejor amiga y terminaré haciéndole daño. Su mamá me ha estado pagando por pasar tiempo con ella, para que ella sea feliz y crea que tiene una oportunidad conmigo. Pero no, yo solo estoy fingiendo, porque no puedo estar con ella, a mí no me gustan las mujeres y no creo que eso vaya a cambiar algún día. Debo admitir que hoy me la pasé genial con ella, fue muy cariñosa conmigo y ahora mismo, tengo el oso que me regaló encima de mi cama y tengo ganas de abrazarlo.

Sé que esto está mal, pero me sentí obligada a estar con ella y su madre me ha rogado para que pase tiempo con ella y hasta ofreció pagarme. Acepté, porque necesito el dinero y además, ¿por qué decir que no? La verdad es que yo quería alejarme de ella, pero esto me ha parado.

Estoy súper agotada de este largo y entretenido día, me divertí muchísimo, pero ya es hora de dormir. Me acuesto y me demoro en quedarme dormida por mi maldita conciencia que me mata repitiendo y repitiendo lo malo que estoy haciendo, el daño que le estoy haciendo y lo peor: que es mi mejor amiga y que ella me quiere de verdad.

Mierda.. ¿qué he hecho?

Cómo ser lesbianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora