Tu amigo

551 38 7
                                    

Capítulo XII

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XII

En esos momentos solo podía pensar en correr lo más rápido que podía, muchas fueran las cosas que cruzaron por su cabeza, entre ellas estaba la culpa de que algo le ocurriera a Milo, realmente todo había sido su culpa, si algo le llegase ocurrir el sería el único responsable de lo que pasaría.

Agradecía que Milo tratara de no estrellarse ya que con sus mano hacia palanca en las ruedas para retrasar la caída. Gracias a su excelente condición física logro alcanzarlo solo faltando unos metros para que se estrellara, Milo extendía una mano mientras con la otra intentaba no irse de cabeza, Camus lo tomo de la mano e inmediatamente el rostro de Milo cambio a uno muy distinto, su rostro mostraba una sonrisa de triunfo con una mirada divertida, en un movimiento rápido y ágil jalo a Camus hacia el dejándolo sentado sobre sus piernas con sus brazos lo sostuvo de la cintura y ambos se fueron de golpe hacia atrás.

Para Camus fue como si estuviera cayendo hacia el vacío, cerró los ojos con fuerza y dio un grito de susto, sintiendo su corazón latir muy rápido en esos momentos estaba entre asustado y confundido, por un momento creyó que caerían de cabeza, se fracturarían los huesos y llegarían al hospital o algo parecido.

Milo sintió todo lo contrario, no estaba para nada asustado, ni paso por su mente un terrible accidente, más bien sintió la libertad, sintió como el viento se llevaba sus cabellos y los de Camus, ese pequeño instante fueron como horas para él. Lo único malo es que iba de espaldas no de frente.

Camus espero el terrible golpe más nunca llegó, en un movimiento el chico de cabellos ondulados hizo un giro, no supo como pero, en menos de un segundo estaba en tierra firme por así decirlo, la silla de ruedas ya no se movía, el aún estaba sentado sobre las piernas de Milo, a este parecía divertirle lo que ocurría.

El chico de ojos zafiro reacciono y de un salto se levantó quedando frente a Milo observándolo con una mirada furiosa, la sonrisa de Milo se borró en un segundo.

_!! En que rayos estabas pensando!!_ Su mirada parecía atravesar todo lo que estuviera enfrente, incluso a Milo

_Camus...

_!!Pudiste haberte matado!!...estás loco o qué_ regaño, Milo se sorprendió ante la reacción del muchacho, no pensó que se molestaría tanto

_espera...tú me soltaste por si no lo...

_!!Querías matarme a mí también!!, es eso...querías que cayera contigo porque te solté

_yo no quería eso...además no nos pasó nada...

_pero pudo pasar...pudiste haberte matado por hacerte el gracioso

_tan inútil crees que soy...puedo controlar esta maldita silla a mi antojo_ élego mirándolo a los ojos, Camus suavizo un poco su mirada cruzo los brazos y dio dos pasos hacia atrás

_estas en una silla de ruedas sin poder hacer nada por tu cuenta, que tanto crees que puedes hacer_ sentencio con frialdad y algo de sarcasmo, Los ojos de Milo se abrieron de par en par, aquellas palabras se incrustaron en su corazón como un puñal.

Déjame curar tus Heridas con "el fuego de mi corazón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora