Déjame curar tus Heridas con "el fuego de mi corazón"

Verdad [Parte II ]

Otra vez yo xd. Espero estén muy bien mis queridos lectores <3.
Otra vez gracias por su apoyo espero estén muy bien <3

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Capítulo 35

Llamó a Kardia incontables veces, más no obtuvo repuesta, aquello empezaba a preocuparle, tal vez al cabeza hueca de su hermano se le olvidó avisarles de la cena y ahora estaba solo y con frío frente a la puerta.

Robert observaba desde la distancia mientras veía el reloj, se acerca hasta el muchacho de muleta carraspeando para llamar su atención.

—jmp, joven Milo, son casi las 9, no prefiere volver mañana?

—No, quería que fuera hoy - volvió a ver su teléfono — hay algo raro, Camus y Degel tampoco responden.

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Camus se había tranquilizado un poco gracias a Degel, quien no sabe como logró mantenerse cuerdo.
Ya había hablado con los oficiales  quienes informaron que el caso sería re abierto, las investigaciones al fin serían retomadas.

Aquello desesperó un poco a los hermanos, no podían esperar más tiempo por justicia, se sabía bien que ese tipo de casos podrían tomar hasta años.

Kardia y su tía Yolanda estaban hablando con el abogado de la familia quien no les daba noticias alentadoras.
El peli azul se encontraba devastado, su padre en prisión, acusado por homicidio. Todo el tiempo había vivido bajo el mismo techo que el hombre que destrozó la vida de su amado.

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Le sorprendió bastante que madre llamara, Milo se apresuró a responder, aun seguía esperando a Camus que de seguro regresaría pronto a casa.
Sin embargo del otro lado de la línea su madre le informaba de todo lo sucedido, cosa que dejó al peli azul sin palabras.

-"Pobre de tu padre, esta siendo acusado injustamente por esos chiquillos...sabia que querían nuestro dinero, Milo debes..."

No quería escuchar más, no podía ser posible, debía haber otra explicación así que informó a Robert que lo llevara de inmediato a la comisaría.

Estaba muy exaltado, el hombre intentó calmarlo a lo que Milo hizo caso omiso.

—No, algo está pasando y quiero saberlo, ayúdame a ir...

De pronto empezó a sentir una fuerte punzada en la cadera, probablemente por estar tanto tiempo de pie y el esfuerzo que estaba haciendo por salir corriendo.

—Joven Milo, quédese quito por favor.

—No, tengo que ir - se apresuraba a llegar hasta el auto.

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Tenía que pasar, en algún momento tenían que verse a los ojos a pesar de todo lo que sucedía, Kardia estaba a las afueras de la comisaría frente al peli verde, quien le sostenía la mirada. Tenía miedo de perderlo, tenía vergüenza de verlo, se sentía culpable.

—¿Me odias? - cerró los ojos y apretó los puños y suplicando que Degel no le odiara.

—Kardia yo...

—Lo sé, lo sé y lo siento tanto, no voy a defender a mi padre pero...no sé que decirte Degel, no tengo cara para decirte que te apoyaré porque no sé si pueda hacerlo...

—Kardia... - el peli verde caminó hasta quedar más cerca del contrario.

—Yo, no lo sabía.