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De ella no me podía separar.
Sentía que moría... De nuevo.
Yo solamente seguía cada paso que hacía.

Esa muchacha tan bonita y tan llena de vida que cruzó la calle sin ver.
Ahora desangrándose estaba sobre el asfalto.
De un momento a otro su vida llegó a cero.
Ahora me podía ver.
Estaba junto a mi viendo su propio cuerpo.
Totalmente en silencio nos saludamos y caminamos.
En silencio, hablamos de cómo nos fue.

Tuvimos que morir para podernos conocer.
Aunque no sintamos nada sabemos cómo es querer.
Y le pude prometer más que una vida junto a ella...
Una eternidad aún más cerca de las estrellas.

NubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora