Cap.2 El día había llegado

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Cap.2 El día había llegado









Paula






Me quedé un largo rato en mi habitación y lo único que podía hacer era llorar. Supongo que ya tenía los ojos hinchados y rojos.

Odiaba que me pasara esto, más bien, odiaba mi vida.

Tener a un chico magnifico y tener que dejarlo por mi futuro. Por lo que tenía. Era una gran estúpidez, pero lo mejor para los dos, eso sin duda alguna.

No sé cuanto tiempo había pasado, pero alguien tocó a la puerta y era mi abuela. La dejé pasar, pero entes me limpié las lágrimas.

-¿Qué pasa, cariño?- preguntó al sentarse en la cama y quedándose observándome.

-Pasa de todo, abuela. Dejé a Javi.- abrió los ojos al escucharme.

-¿Pero, cómo? Si os queréis. ¿Qué pasó?- se había sorprendido. Era de esperarse.

-Pasó que no podía verlo así, aunque no pareciera, se que estaba triste y tener que hacerse cargo de una chica como yo, paralítica, pues no le hacía mucha gracia. Y también porque dentro de nada tendré que irme, así que una relación a distancia, no creo que funcione.- tomé aire y esperé a ver que era lo que iba a decir mi abuela.

-Por primera vez te voy a dar la razón en esto.- ahora la que había abierto los ojos, era yo.

-¿Cómo?- y la sorprendida, también era yo.

Antes de contestarme, me miró e hizo con la mano a que me acercara. Y lo hice. Al llegar a donde se encontraba, me cogió de la mano y empezó a hablar.

-No todas las relaciones a distancia funcionan. Yo tuve una a tu edad y no aguanté, así que acabé dejándolo. Es demasiado complicado. Pero si el destino tiene escrito que os volváis a juntar, eso pasará tarde o temprano..- la estaba escuchando muy atentamente.- Pero lo primero que me dijiste me sorprendió. Ya que Javi siempre dijo que ibas a estar con él cuando des tu primer paso. No sé porque tomaste esa decisión, pero tu lo elegiste y voy a aceptar esta vez esto.- besó mi mano y siguió.- Mira cariño, se que es difícil todo lo que te está pasando, sé que estás sufriendo mucho con que no puedas caminar todavía y encima tendrás que darle la noticia a tus padres en nada. Pero como ya dije, tarde o temprano, todas las piezas de tu vida se van a juntar y arreglar todo.

-Abuela, gracias.- sonreí y la abracé.- Te echaré mucho de menos.

-Y yo, cariño, y yo.- al separarnos.- Lo que si se, es que cuando te vayas de aquí, vas a pensar en todo esto y si algún día tengas que volver, cosa que seguro pasará, todo irá a mejor.

-¿Tu crees?

-Creo que vas a tomar una buena decisión al fin y al cabo. Aunque sea tarde, pero la tomarás.- sonrió y se levantó.- Mejor te dejo sola, que es lo que necesitas.

Nunca pensé que una charla con mi abuela, me haría bien. Creo que ha empezado a entenderme más desde que estoy viviendo con ella. Al principio discutíamos con el tema de Javi, pero luego todo eso empezó a cambiar. Ya no solo era mi abuela, si no también como una muy buena amiga.

Y ahora que estaba sola, me quedé pensando en él. Como últimamente pasaba.

Estaba claro que me sería difícil alejarme de él así sin más. Y también que no me lo iba a quitar de la cabeza. Pero tenía que hacer algo al respecto. No podía estar toda mi vida así, sufriendo.






Días después...





Y si, hoy había llegado el día en el que me tenía que ir con mis padres. Mi abuela me estaba despidiendo en la estación de autobuses. Creo que será un viaje raro, ya que dependo del conductor, porque el me ayudará a bajar y todo eso. Por suerte mi hermano será el que me venga a buscar horas más adelante.

Desde el otro día, cuando lo dejé, no volví a verlo ni a saber nada de él. Pero era de esperarse, y creo que fue lo mejor así. Ya que si no, me sería mucha más difícil irme.

-Esperaré tu llamada.- dijo antes de darme un último abrazo.

-Adiós abuela.- sonreí.

El conductor me cogió en brazos y me llevó dentro del autobús, al sentarme, observé a mi abuela por la ventana y me despedí con la mano.

Minutos después ya se había puesto en marcha y ya nos estábamos dirigiendo al lugar en el que no quería ir, pero ya no había marcha atrás. No tenía ni la menor idea como iba a darle la noticia a mi padres.

Pero ya estaba intuyendo como iban a reaccionar.

Durante todo el camino estuve observando por la ventana el paisaje. Y también estuve pensando en miles de maneras en la que les podría dar la noticia. Pero ninguna me estaba convenciendo del todo. Supongo que al final lo diré de la manerá más normal.

''No puedo caminar''

Punto y final. Creo que me quedaré con esa opción.

Y lo que mi cabeza veía después de eso, era mi madre llorando y mi padre de cuadros. Los dos sin creerse nada. Pero que era la única verdad.

No sé yo, pero si pudiera caminar, hubiera dicho al conductor que parara, pillaba el primer taxi que vea y que me llevara de vuelta a casa de mi abuela.

Ahora mismo estaba siendo una miedica y una cobarde al querer escapar de mi realidad. Pero de verdad que no deseaba que llegue el momento en el que les tenía que dar esta mala noticia. En parte lo hacía por su bien.

Y gracias a mis estúpidos pensamientos, me había dormido.



Me encontraba en la playa. Sentada en la arena. El mar estaba tranquilo, no había olas. Tampoco había gente, solo estaba yo sola. Eso me gustaba. Se estaba tan tranquilo, se podía relajar muy bien.

El sol pegaba en toda mi cara, me sentía feliz.

Cerré los ojos para sentir el sol y escuchar el agua que mojaba mis pies. Me sentía de maravilla.

-Aquí estabas.- dijo alguien de atrás mía. Al girarme vi que era Javi y se sentó al lado mío.- Te estaba buscando.- sonrió.

Se comenzó a acercar más a mi, hasta terminar a unos pocos centímetros de mi cara. Mejor dicho, de mis labios.

No podía levantarme y salir corriendo, había algo que no me lo permitía.

De repente, sentí sus labios sobre los míos. Y allí se formó un dulce beso.




Abrí los ojos de golpe.

-No puede ser cierto.- dije en voz baja.

Ese sueño lo había tenido hace tiempo. Pero lo más sorprendente de todo eso, fue, que ya sabía porque cuando quería levantarme, las piernas no me dejaban. Y era porque estaba inválida.

Pero eso no era todo, lo más flipante, era que soñaba cosas que tiempo después pasa.

Si este sueño lo había tenido antes de que quedara inválida. ¿Por qué el sueño se estaba repitiendo?

Eso no tenía ningún sentido.


Perdida en mis pensamientos, el conductor dio la noticia de que ya habíamos llegado. Después de eso me cogió y me sacó fuera, en donde me sentó en la silla. En ese instante, mi hermano apareció sorprendiéndome y dándome un fuerte abrazo.

Se me olvidó contaros que cuando estuvo en el pueblo, decidimos que íbamos a intentar ser buenos hermanos y no discutir tanto como antes.

-¿Cómo estás hermanita?- dijo al coger mi maleta y encaminarse hacia el taxi que nos estaba esperando. Yo le seguí.

-Pues bien, aunque bastante nerviosa. Todavía no sé como se lo tomarán.- se giró y me miró.

-Ya sabémos como se lo tomarán. Pero tranquila, hasta esta noche no llegarán.- abrió la puerta del taxi y me ayudó a entrar.

Esos cinco o diez minutos que estábamos viajando hacia la casa, que por cierto, todavía no sabía ni como era. Estuvimos en silencio. Pero mejor que mejor.

El taxi se paró enfrente de una pequeña casa, parecida a la nuestra. Supongo que era aquí y ya habíamos llegado.

Al bajar, nos dirigimos a entrar.

-Esta es tu habitación.- dijo al pararse enfrente de una puerta, luego la abrió.

Al entrar me sorprendí, la habían arreglado para que se parezca a la que era antes. Eso me gustó mucho.

Dejó la maleta y me sonrió.

-Supongo que quieres que te deje sola ¿no?- asentí. Se acercó y besó mi frente.- Si necesitas ayuda, estoy en el salón.

Empecé a desempaquetar y a guardar la ropa en el armario. Me costó doble trabajo, ya que estaba con la silla de aquí para allá, pero al final lo había conseguido y logré guardar todo.

Vi que tenía baño propio, me alegró.

Al entrar puse a que se llenara la bañera y después me metí lentamente y con cuidado. Todavía me costaba entrar y salir de la bañera, pero poco a poco, me voy acostumbrando.

Estuve bastante rato metida dentro, me hizo demasiado bien. Luego salí y me vestí. Me puse unos pantalones cortos con una camisa de tirantes. Y claro, iba descalza, la suerte de estar inválida era que podía ir descalza, ya que hacía calor, no me movía y no usaba los pies para caminar.







Javi






No sé porqué, pero me decidí por ir a ver a Paula. Estuve unos dos días sin saber de ella, lo hice para dejarla pensar ya que la veía mal. Pero ya no aguantaba más.

En cuanto su abuela me abrió la puerta y me vió, su cara cambió repentinamente.

-¿Puedo verla? Es que necesito hablar con ella, por favor.- pero negó la cabeza.

-Lo siento Javi, pero Paula no se encuentra en la casa.- iba a abrir la boca para preguntar si estaba en la plaza, pero siguió hablando.- Ni en el pueblo. Tuvo que volver a vivir con sus padres.

Eso me dejó en blanco.

¿Por qué se había ido sin avisarme? ¿Por qué no me contó que tenía que volver?

-¿Y cuando volverá?- pregunté ansioso por saber que dentro de poco.

-Por ahora no.- allí fue cuando toda mi ilusión se acabó.

-Gracias.- dije sin nada de ganas y me fui de allí.

Vaya día, no me esperaba que iba a pasar todo esto. Pensé que al intentar hablar con ella después de unos días, todo se iba a arreglar. Pero ya veo que no. Que desgracia la mía.

Ahora lo que iba a hacer es descubrir donde se mudaron, porque pensaba ir a buscarla. Aunque se cabree, me da igual.







Paula





Salí de la habitación y me dirigí hacia el salón para ver que era lo que estaba haciendo Pablo.

-Hola.- dije sonriendo.

-Hola, ya veo que te arreglaste, hasta te duchaste. ¿Pudiste?- me acerqué y me quedé a su lado.

-La verdad que sigo sin acostumbrarme del todo, pero poco a poco.- miré la televisión y vi que estaba mirando una película.

-Parece interesante.- yo lo único que hice fue soltar una carcajada.

Nos quedamos mirando la película, hasta que me acordé que tenía que llamar a la abuela. Así que eso hice.

Estuve esperando a que me lo cogiera, hasta que al fin.

-¿Dónde estabas que no me lo cogías?- fue lo primero que dije.

-Es que vinieron a buscarte.- eso me dejó sin habla, ya que estaba sospechando de alguien.- Era Javi.- como ya lo intuía.

-¿Qué le dijiste?- pregunté.

-Que estabas con tus padres, no le pensaba mentir.- bueno, como igualmente no sabe donde vivo, no pasaba nada.

-Bueno, solo te avisaba de que llegué y que en cualquier momento estarán por llegar papá y mamá. Tengo miedo, abuela.

-Lo sé cariño, pero tranquila. Al final se lo tomarán bien, ya verás.

Estuvimos hablando un rato más, hasta que escuché como se cerraban las puertas de un coche.

Ya estaban aquí.

Con mi hermano nos echamos unas miradas, que ni yo misma podría explicar bien. Y en menos de un segundo, la puerta se estaba abriendo. Y se escuchó la voz de mi madre.

-Cariño, Paula, con tu padre te tenemos una gran sorpresa.- dicho eso, aparecieron los dos demasiado felices por la entrada del salón, pero al verme en una silla de ruedas, la sonrisa se les esfumó en un abrir y cerrar de ojos.






Javi






Llegué a casa de mi abuela más cabreado que nunca. Al verme así se acercó rápidamente.

-¿Qué pasó? Parece que un camión pasó encima tuya.- la miré con una ceja alzada y hablé.

-Paula se fue, con sus padres.- abrió los ojos como platos, ya que no tenía ni la menor idea de aquella noticia.- Ya veo que no te contaron nada.

-Pues, no, la verdad. Pero ya volverá, no te preocupes.- dijo al darse la vuelta.

-Volverá, pero algún día muy lejano.- dí un largo suspiro y continué.- Iré a buscarla, en cuanto descubra donde está y tu me ayudarás.- en ese instante se giró y se me quedó mirando.- Intentarás convencer a su abuela a que te cuente donde está.

-Estás loco, Javi.- aunque pensara aquello, accedió ante mi propuesta.

No sé cuanto tiempo me iba a tomar descubrir donde se encontraba. Pero lo iba a descubrir, costara lo que costara.

No podía dejarla escapar tan rápidamente. No podía dejar que se monte unas películas que no son. Porque se que me sigue queriendo, aunque me haya dejado de esa manera tan asquerosa.

Por una parte la entendía, porque sabía lo que le costaba estar en esa silla. Pero por otra parte, me gustaría que sepa que la quiero ayudar, no puede decidir cosas sobre mi. Eso si que no lo podía permitir.

No me gustó que haya tomado una decisión, porque piensa que sufro, en parte si es así, pero por ella, porque me duele verla así.

Lo que si sabía, que un día, estará feliz. Porque yo estaré con ella y volverá a caminar. Eso pasará aunque tenga que pagar por ello.

Holaa!!! Primero que nada me quería disculpar por haber tartado taaaanto tiempo en subir este capítulo :SS Tengo escusas, la primera era que estaba toda esta semana enferma y que no me podía levantar de la cama, y aunque esté echada no tenía nada de ganas d intentar pensar para escribir. Segundo es que cuando me encontré mejor empecé a escribir Hermanas pq tuve inspiración, y vaya q la tenía entre ayer y hoy escribí cuatro capis puff xdd y bueno, hoy decidí empezar este capi ya q muchos lo habéis pedido y estado esperando y x mi sorpresa logré acabarlo !! Es un capi un poco triste, puede q solo a mi me lo parezca, pero a ver q opináis.. Pobre Javi y Paula ahora q sus padres estan a nada a saber la verdad, o mejor dicho ya la saben o intuyen :SS Y antes de despedirme, quería agradecer a todos los q leéis pq ya van 50.000 leídos en la primera parte y esta segunda veo q tmb podría llegar a esos números o a más!! Muuuchas graacias, si no fuera x vosotroos, no estaría aqui ejje,,  y creo q me he enroyado mucho :(( xdonn, ahora sii besiitoss y espero sus coments y votoos !!^^ <33

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