Cap.4 Vaya día (Parte 2)

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 Cap.4 Vaya día (Parte 2)

Paula

Deberiáis vernos ahora mismo como nos encontrábamos todos en esa sala. 

Mis padres se pusieron de pie nada más escuchar que tenía que hablar con ellos, mirando sorprendidos y a la vez intrigados.

Yo estaba echa una furia, capaz de romper lo primero que se me atreviese en las manos. 

Mientras que mi hermano estaba tras mía nervioso sin querer que abra mi bocota. Pero ya era tarde. Porque pensaba hablar y no callar hasta averiguar toda la verdad. De aquí nadie sale hasta que no me entere de lo que ha pasado.

Javi

Después de aquella llamada tan repentina de Paula, me puse más nervioso que antes. Ella estaba mal, sufriendo, mientras que yo estaba aquí sin saber donde poder encontrarla e ir a buscarla. 

Aunque no lo admite, se que me necesita, más de lo que ella misma se cree.

Y bien. Estaba en la cama tirado con el móvil aún en la mano, y pensando. Pero de un momento a otro, la puerta se abrió y provocó que levantara la vista. En donde me encontré con María de pie acercándose a donde me encontraba.

-Hola, Javi.- saludó antes de darme dos besos. 

-Hola.- dije al apartarme un poco, ya que se sentó en la cama.

Estuvimos un rato en silencio, hasta que se me ocurrió que ella podría saber en donde se podría encontrar Paula. 

-María, ¿tú sabes donde viven los padres de Paula?- levantó las cejas al escucharme preguntar eso. Pero debía intentar averiguar donde se encontraba esa casa a fin de cuenta.

-No.- solté un bufido por aquella negación que esperaba no escuchar.- Paula y yo ya no somos tan amigas, así que, lo siento.- pues vaya. Una amistad tan larga que se haya roto y ¿por qué?

-¿Qué pasó entre vosotras?- en realidad por una parte me daba igual, pero si no preguntaba seguiríamos en silencio. Y pues, como que no me convence aquello.

-No creo que deba contarte.- fruncí el ceño por ello.- Bueno, vale, te diré, pero tu quisiste.- se levantó de golpe y empezó a caminar de un lado a otro.- Si dejamos de ser amigas, fue porque, me enamoré de la persona de la que no me tuve que enamorar.- no entendía nada. Se paró justo enfrente y me miró.- De ti.

Abrí los ojos como platos. ¿Cómo que se enamoró de mi? Eso no podía ser cierto. ¿Y Paula lo sabe? 

Me levanté de la cama echo un cabreo y me dirigí hacia ella.

-¿Se puede saber que dices? Y encima ella lo sabe. ¿Pero quien te crees? - la cogí del brazo y seguí.- Pensaba que podía confíar en ti, pero ya veo que no. Será mejor que te largues de aquí, porque yo jamás me fijaré en ti. La quiero a ella y eso jamás cambiará.

-Pero... Javi, yo..- no la dejé acabar, ya la estaba arrastrando hacia la salida.

-Nada. Te marchas y espero no volverte a ver.- dije al cerrar la puerta en sus narices.

Vale, puede que me haya pasado un pelín. Pero creo que en parte Paula se podía haber ido de aquí por todo este tema y malentendido. Puede que piense que me podría fijar en ella o algo así. Pero eso no pasaría, ni aunque me paguen. Primero porque no la quería, y segundo, porque ya tenía todo el dinero que quisiera.

María

Esta vez me la pagarás, pensé al salir de esa casa.

¿Cómo se le ocurre echarme así sin más? Esto es de locos. Encima que le digo lo que siento por él, va y me echa como si fuera un perro. Pero no me dejaré vencer tan rápido. Pienso hacer lo que sea, pero me las va a pagar. Eso que lo tenga por asegurado.

A un paso 2 © ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora