Midnight [H.S]

Capítulo 54

Harry

Me sentí un imbécil en el segundo que escuché la puerta principal cerrarse. Lo estaba perdiendo todo, estaba perdiendo a mi novia, a mi compañera, a mi mejor amiga. Comencé a golpear una de las paredes y no pude dejar de hacerlo hasta que me di cuenta que tenía los nudillos sangrando. Nunca había llorado por una mujer. Jamás. Y sin embargo, ahora, en éste mismo momento, sentí un par de lágrimas rodando por mis mejillas. Escuché la puerta principal abrirse nuevamente y corrí, creyendo que sería Maia y que quizás debía disculparme, debía convencerla de que no se vaya.

"¿Harry?" Puse los ojos en blanco al ver que sólo era Patrick "¿Que pasa?" Frunció el ceño y sin responder volví a mi habitación "¿Que hiciste? ¿Que le dijiste a Maia? ¿Nunca te cansas de cagarla?" Giré rápidamente y me acerqué a él a pasos agigantados.

Me desconocí cuando tomé a mi primo por su camiseta, "No vuelvas a preguntarme eso, porque ésta vez yo no hice una mierda, a Maia se le ocurrió irse a Nueva York y no decirme absolutamente nada, tuve que enterarme por escuchar una conversación entre ella y Logan," Patrick respiró profundamente y lo solté.

"Deberías llamarla..." Iba a continuar pero lo interrumpí.

"No, no voy a llamarla, es la primera vez algo no es mi culpa," Pasé por su lado golpeando su hombro. No sabía dónde descargar mi ira, así que no tuve mejor idea que salir de mi casa. Tomé una chaqueta y me monté en mi coche dirigiéndome al bar más cercano. Mi celular vibró y vi que era Patrick, decidí apagarlo, Maia no me llamaría y no tenía intención de hablar con nadie. Necesitaba emborracharme y olvidarme de ella, de Nueva York, y de todos mis sentimientos hacia ella.

Tenía la vista nublada, sentía que mi cabeza estaba por explotar y ya estaba teniendo nauseas debido a tanto alcohol. Sin embargo, pude darme cuenta de que la chica que tenía delante de mí no era Maia, sino Callie. Puse los ojos en blanco y salí del pequeño bar. "Harry, ¿adónde vas?" Su voz chillona dañó mis oídos y continué caminando, pero me detuve al sentir sus manos tomar mi brazo. "Vamos, Harry, puedo ir contigo a casa y hacer que olvides de ella," Observé sus labios y recordé los de Maia, tan suaves, tan cálidos, tan perfectos para los míos. Antes de poder darme cuenta, tenía a Callie encima mío, besándome. Pero no se podía comparar a Maia, ni de lejos. Me separé de ella empujándola y negué con la cabeza pero cuando intenté subir a mi coche ella me lo impidió. "Te llevaré Harry, no debes conducir en este estado," Habló Callie señalando mi cuerpo, puse los ojos en blanco y pasé al asiento de acompañante sin ganas de discutir. Sólo quería volver, acostarme en mi cama y que allí esté Maia, diciéndome que todo era una broma, que no se irá lejos de mi. No hubo un sólo ruido durante todo el trayecto hasta mi casa y agradecí en mis pensamientos. 

"¿Harry?" Preguntaron Ema y Patrick al unísono "¿Dónde está Maia?" Ésta vez habló Ema, se levantó del sofá y se acercó a mí con cara de preocupación.

"No lo sé," Me encogí de brazos, enojado conmigo mismo por esa misma razón, por no saber dónde estaba Maia.

Ema negó con la cabeza como si estuviera desaprobando algo que hice pero yo sólo puse los ojos en blanco y caminé hacia mi habitación seguido de Callie, "¿Que mierda quieres, Callie? Necesito estar solo," Me tiré sobre la cama y comencé a masajear mi frente y mi sien. Mis ojos estaban cerrados pero pude darme cuenta que había apagado la luz y cerrado la puerta. Quise levantarme pero fue demasiado tarde, Callie ya estaba encima mío intentando besarme. "¿Que mierda haces?" Sentí que sus labios recorrieron mi cuello y me sentí asqueado. Quería sentir eso mismo pero con Maia. Quería que todos los momentos únicos de mi vida sean con Maia. Como sus labios recorrían mi cuerpo, como se sonrojaba cuando decía alguna grosería, como se tensaba una y otra vez cuando quitaba sus bragas o su sostén. Sentí una mano presionando mi miembro y luego acariciándolo, fue inevitable no recordar la primera vez que Maia se arrodilló frente a mí. "Maia," Solté un gruñido pero la presión desapareció.