Capítulo 22

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"No" Negué.

"Sí" Escuché su risa "Sí quieres puedo decirle que no venga, pero deberías ocupar su lugar, ya sabes, chuparme la verga y un buen polvo."

"¡Harry!" Volví a gritar y puse los ojos en blanco "Jamás."

"No estés tan segura" Salimos de la autopista y llegamos a la ciudad.

A los pocos minutos Harry aparcó el coche y antes de que pueda salir comenzó a hacerme cosquillas. Empecé a reír como loca y el también.

"Basta" Dije entrecortadamente "¡Harry!" El dejó de hacerme cosquillas y nuestras risas comenzaron a callarse.

"Me gusta como te ríes" Susurró Harry.

Sus ojos se posaron en mis labios unos buenos minutos y tuve la necesidad de hacer lo mismo. Trague fuertemente y me moví en el lugar desviando la mirada. Harry salió del coche y abrió la puerta para que pueda salir.

"Ven" Caminamos hacia un pequeño local pintado de negro. Las luces eran tenues y había fotos de calaveras y piercings por todos lados.

"Harry..." Susurré "¿Adonde me trajiste?" El rió y entró en el lugar tomándome de la mano.

"¡Harry!" Vi a un hombre de unos 30 años aproximadamente, lleno de tatuajes y piercings acercándose a nosotros "¿Como estás, hermano?"

"Bien, ¿y tú, Joe?" El hombre asintió sonriendo.

"¿Quién es esta linda chica aquí?" La mirada del hombre se posó en mí y sentí que me puse colorada.

"Es Maia" Respondió Harry "Quiero tatuarme" Mis ojos se abrieron como platos y busqué la mirada de Harry.

"¿Me trajiste aquí para ver como te tatúan?" Susurré cuando el hombre se alejó un poco de nosotros.

Harry me miró y una sonrisa comenzó a formarse en su cara. Asintió levemente y comenzó a reír. Puse los ojos en blanco negando con la cabeza. No podía creer que me había traído aquí para ver como lo tatúan. Sabe como soy. Sabe que odiaría éstas cosas. El está lleno de tatuajes, y lo acepto. Pero, ¿verlo? Ya siento como voy a desmayarme.

"¿Que vas a hacerte, amigo?" Esperé con atención por la respuesta de Harry.

Creo que no podría sorprenderme más de lo que ya estoy. Quiero decir, Harry lleva tatuadas dos especies de ramas con hojas en la parte baja de su torso, dos pequeñas aves en la parte de arriba y una mariposa en el centro. Son los únicos tatuajes que recuerdo bien ya que son los únicos que pude ver atentamente. Sus brazos estaban llenos de ellos pero no pude verlos detenidamente.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando me di cuenta que Harry había quitado un papel, bastante arrugado y con un color viejo, de su bolsillo para entregárselo a Joe. Cuando el comenzó a abrir el papel giró su cuerpo y no pude ver lo que había en él. Intenté hacer puntitas de pie pero era demasiado alto como para que pueda superarlo. Escuché una pequeña risa a mi lado y miré a Harry.

"Tranquila, nena" Me tomó el brazo y me atrajo hacia el "Ya lo verás."

"Bien Harry, ya sabes que tienes que hacer" Harry me soltó y se sentó en una silla que parecía cómoda.

Puso su brazo izquierdo a un costado de la silla y Joe sentándose en una butaca un poco más pequeña, se acercó a Harry.

"¿Aquí?" Le preguntó Joe a Harry señalando el único sector del brazo de Harry que estaba vacío.

El asintió y comenzaron a trabajar en ello. Apoyó un papel con el dibujo de una rosa en la piel de Harry y lo mantuvo allí unos minutos. Cuando lo sacó la rosa estaba pegada en la piel de Harry, en un tono morado, azul. Respiré hondo y escuché la vibración de la pequeña máquina que tenía Joe en su mano. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me tapé los ojos con las manos cuando él apoyó la aguja en Harry y comenzó a tatuar.

La risa de Harry llenó nuevamente el pequeño cuarto y abrí los ojos para mirar a través de mis dedos. El hizo un gesto con la cabeza para que me acerque y así lo hice. Me tomó la mano, con el brazo derecho, y me sonrió.

"No me duele Maia, en serio" Joe rió y continuó tatuando.

"¿De dónde es la rosa?" Susurré y él dejó de reír.

"Luego te contaré."

Casi una hora después la aguja eléctrica dejó de sonar y finalmente el tatuaje estaba terminado. Tengo que admitir que Joe hacía excelentemente bien su trabajo. La rosa había quedado estupenda. Era un hermoso dibujo puesto en una hermosa persona.

«Alto, ¿que dije?»

"¿Cuánto te debo, hermano?" La voz de Harry me sacó de mis pensamientos.

Harry se levantó de la silla y comenzó a caminar en dirección a la «sala principal» del local; pero lo que me llamó la atención fue que no dejó ir a mi mano. Aún la sostenía. Al igual que cuando se estaba tatuando.

"No me debes nada, Harry" Joe sonrió "Un regalo por sentar cabeza" Finalizó él pasando su mirada de Harry a mí y luego a nuestras manos. Rápidamente solté su mano.

"No, Joe, Maia es sólo una amiga" Joe no dejaba de sonreír y no entendía por qué.

"Igualmente, Harry, es un regalo de la casa" Harry se acercó a Joe y le dió un abrazo.

Tímidamente me acerqué a él y lo saludé. Cuando me estaba dirigiendo a la puerta pude escuchar a Joe.

"Pero el próximo tampoco deberás pagarlo porque estoy seguro de que sentarás cabeza con ella,"

Sé que me puse colorada y agradecí que estaba de espaldas. Abrí la puerta y salí del lugar lo más veloz que pude. Dejé que el frío golpeara mis mejillas e intenté que se suavice el color apoyando mis manos en ellas. Me subí al coche de Harry y esperé por él.

"¿Quieres ir a algún sitio?" Él encendió el motor y comenzamos a movernos.

"A la residencia" Mi intención no era sonar malhumorada, ni mucho menos, pero creo que sonó así.

"¿Maia?"

"Perdón, Harry, no fue mi intención ser brusca pero es sólo que quiero ir a la residencia, debo hacer muchas cosas" Lo miré y el asintió aunque su mirada estaba en la autopista.

No hablamos una sola palabra hasta que llegamos a la residencia. No quería que haya un cambio repentino de humor de parte de los dos pero lo que dijo Joe hizo que me de cuenta que quizá deba alejarme sólo un poco de Harry.

Últimamente estábamos pasando mucho tiempo juntos y eso no nos hacía bien. O por lo menos, no a mí. Somos polos opuestos y tarde o temprano vamos a chocar. Prefiero mantener un poco de distancia y que Harry vuelva a su vida cotidiana sin tener que cargar con el peso de «una amiga».

"¿No vas a despedirte?" Escuché la voz de Harry cuando abrí la puerta.

No tenía por que estar siendo tan mala con él. Harry no ha hecho nada.

"Adiós, Harry" Me acerqué y besé su mejilla. Intenté alejarme pero el puso sus manos en mis mejillas para mantenerme allí.

"Mi madre dibujó la rosa, el día que huí de mi casa vi el papel tirado en el piso delante de la puerta y sin pensarlo dos veces lo tomé y lo llevé conmigo a todos lados hasta que llegó el momento en que decidí que llevarlo a todos lados en un papel no era el modo correcto, así que quise tatuarmelo."

Estás pequeñas cosas hacían que se me haga aún más imposible alejarme de él. Parecía tan rudo y sin sentimientos con su apariencia. Pero sólo era un chico que huyó de su casa y ahora se siente culpable. Quería estar allí para el. Pero nuevamente, no podía. Él ya había decidido como quería que sea su forma de vida y una persona como yo no encajaba en ella.

"Debo irme" Susurré y besé su mejilla nuevamente "Es muy inteligente de tú parte."

Me separé de Harry y ésta vez sin mirarlo salí de su coche para entrar en la residencia. Respiré hondo y entre a la habitación.

Sí hay algo que estoy segura, es que va a ser una noche demasiado larga.

Midnight [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora