Prólogo

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Harry caminaba por la acera, miraba sus zapatos y caminaba muy apresurado. Quería llegar rápido a su casa antes de que sea tarde para almorzar. Estaba muriendo de hambre.

Levantó su rostro para mirar hacia los dos lados de la calle y cruzó rápidamente.

De repente, alguien lo llamó por su nombre:

—¡Harry!

El rizado se mordió el labio inferior nervioso y volteó. Era Louis, otra vez. ¿Es que no dejaba de insistir? Aunque... Le parecía tan lindo. Y muy gracioso. No le iba a decir, obviamente.

—Hey... ¿Estás apurado?

Harry asintió.

Se podía decir que Harry no era un chico de muchas palabras. Y solía asentir mucho con la cabeza y sus palabras más dichas eran sí y no. Pero a veces, Louis podía saquerle una que otras palabras. Sólo a veces.

Era tan tímido Harry. Y mucho más con Louis, se ponía tan nervioso y con tan sólo mirarlo. Y el castaño parecía tan contento siempre, le hablaba tan fácilmente como si fueran amigos de toda la vida.

—Bueno, ya que estás algo apresurado. Tengo un regalo para ti, como todos los días.

Estaba seguro de qué era y comenzó a asustarse.

—No pongas esa cara. Quizá ésta te agrade. ¿De acuerdo? Sé que quizá las de ayer no eran tan bonitas y decidí comprar otra —dijo y sonrió formando unas arruguitas a los costados de sus ojos. Se acomodó las gafas y suspiró.

Sacó de detrás de su espalda una flor, tan preciosa.

—Es para ti —sonrió.

Muy preciosa.

Harry abrió sus ojos grandes y le pegó un manotazo a la flor arrojándolas al suelo

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Harry abrió sus ojos grandes y le pegó un manotazo a la flor arrojándolas al suelo.

—Pero... —dice Louis desconcertado—. Pensé que te gustaría.

Los ojos de el rizado estaban cristalizados. Y negó con la cabeza repetidas veces.

—No —musitó en un tono muy bajo.

Se volteó y apresuró el paso. Se sintió mal por haberlas arrojado pero odiaba las flores, odiaba el hecho de odiarlas tanto y hacerlo poner tan triste. Podía decirse, que les tenía miedo. Tenía miedo de esas flores tan indefensas.

Louis quedó parado en la acera con sus ojos tristes y confundidos. Levantó las flores y se marchó hacia su casa.

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acá el prólogo ☺.

espero que les guste xx

| ashi.

ANTOFOBIA | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora