Epílogo

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Se sentó en el césped del patio trasero de su casa. Y apoyó su cabeza en el hombro de su esposo.

—¿Recuerdas cuándo te he dicho qué me repitieras qué te gustaba? —preguntó Louis.

Harry rió negando con la cabeza.

—¿Cómo no iba a recordar ese momento vergonzoso?

—En realidad sí te había escuchado. Lo siento —dijo Louis con una sonrisa divertida.

Harry se distanció de Louis y lo miró. El castaño casi cae al suelo por tener su cabeza apoyada en el hombro del ojiverde.

—¿Estás bromeando? He pasado el peor momento de mi vida. Bueno, no el peor. Fue el mejor día aparte de nuestra boda pero... casi vomito. ¡Te lo juro!

Louis rió fuertemente. Y se apoyó sobre su codo.

—No exageres, Harry. ¡Oh Dios! Tenías que verte. Tus mejillas estaban tan rojas que parecían explotar.

—Cállate.

—Cállate tú —dijo Louis con una sonrisa divertida.

El rizado se cubrió su rostro con las manos y suspiró profundamente.

—Voy a asesinarte.

Louis llevó sus manos al cabello de Harry que estaba tan largo y lo acarició. El rizado lo miró ladeando su cabeza.

 El rizado lo miró ladeando su cabeza

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—Harry, no me mires así, amor. Me dan ganas de besarte demasiado —dice Louis acercándose a el rizado.

—¿Qué estás esperando? Estoy muriendo —dice el rizado también acercándose a él.

Cuando por fin iban a juntar sus labios, Louis lo impidió colocando entre ellos una flor color roja.

—Para ti.

Harry sonrió y la tomó entre sus dedos.

—Qué lindo eres, Louis.

—¿Crees qué dejaré de darte flores?

—Había pensado que sí.

—No, mi amor. Jamás —dice el castaño y se acercó a Harry para darle un beso.

—Qué bonito —lo besó—. Eres —lo besó—. Te amo —lo volvió a besar.

Louis rió ligeramente.

—Siempre fuiste mi flor más preciado, Harry.

—Tan delicado y suave —dice el rizado acostándose en el césped.

Louis se acostó junto a él.

—Sí... Eso eres.

—Tú eres así.

—Cállate.

—Tú cállate, Harry.

Y era verdad. 

Harry era su más preciada flor. Jamás dejaría que se marchitara por ninguna ocasión. Lo cuidaría, lo protegería y le daría todo el amor del mundo.

Así debía hacer.

Debía darle todo el amor del mundo a su esposo.

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ashi sos tan cursi cálmate un poco, por favor querida.

¡llegamos al final de antofobia! parece que fue hace tan poco (re si).

espero que esto le haya gustado. fue alto corto y rápido. así que bueno.

gracias por leeer esto xx

| ashi.


ANTOFOBIA | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora