Espejos

28 3 0
                                    


Ahí estaba. Mirándome fijamente como siempre.

¿Qué me veía tanto en mí? ¿Qué quería de mí? ¿Qué esperaba de mí?

No sabía nada de quien me miraba, pero aun si lo miraba con la misma intensidad. Entonces acercamos nuestras manos, acortando la distancia entre uno y otro rosándonos con sutileza... entonces algo inexplicable ocurrió.

Fue como una revelación. Recorrí su rostro con cuidado, mirando detalladamente cada parte, fue mágico...

Por fin entendí lo que miraba.

Me miraba a mí.

Me quería a mí y con gran recelo.

Me esperaba a mí, solo a mí.

Era amor, era deseo. Deseo de poseer y ser poseído.

Me ahogaba en nosotros, en nuestro deseo imposible, me llevaba a lo profundo de mis pensamientos más oscuros, sensaciones que desconocía y de las cuales pensaba que también carecía.

Yo, que hasta ese entonces me hacía llamar el viento por el simple hecho de que nadie podía retenerme, por el simple hecho de que no obedecía ni a mi simple capricho.

Estaba cediendo, estaba deseando, enloqueciendo.

Amando.... Mi propio reflejo.

Corta Venas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora