Corta Venas.

Quien habla por hablar.

Siento que por lo que hablo pienso de más.

Existen en mi cosas que ni yo mismo se porque todo lo he olvidado. Mi distracción supera mi entendimiento y mi extraña forma de ver las cosas.

Dentro de mi hay todo un mundo de ideas, recuerdos, diálogos, de rostros y sonrisas borrosas. De manos frías, cálidas, suaves y rugosas.
Hay historias, travesías, risas, llantos, engaños y malos tratos.

Existen enseñanzas, lamentos, disgustos, miedos.

Hablo hasta por los codos. Me cayó hasta la tumba.

He olvidado como llorar y sin embargo soy un bebé residen nacido frente a un momento emocional de alguna película.
La risa me brota por los poros pero no me rio.
Llevo la infancia en mi alma pero no recuerdo nada de la misma.
Soy el reflejo de lo que quiero ser.
Soy un papel en blanco el cual se  reescribe todos los días.
Puedo hacerme el tonto todo el día porque así me prefieren pero cuando llega la noche no hay almohada que me aguante.
Pareciera que llevo los zapatos en las manos y caminara descalzo.
Tengo miedo pero soy valiente.
Viajo con la corriente porque así me confundo entre la gente.
Y a nadie dejo entrar para no dejarme engañar.

¿Estoy mal? ¿Debo cambiar?
¿Lograré cambiar?
¿Y si de cambiar no me parezco en nada a esa persona que deseo ser?

Sólo estoy bien, pero prefiero estar con otros.
Digo lo que quieren saber.
Así es mejor.
Y hago montañas de hielo de una sola mota de polvo...

Sólo estoy bien.
Sólo estoy mejor.
Sólo estoy en paz.
Sólo estoy... sólo.