—¿El qué? — le pregunto queriendo saber.
—Te he dicho que cuando llegue. Y ahora, Abril, tienes cosas que hacer. Nos vemos el martes, dentro de dos semanas. — Me levanto un poco confusa de la silla y me marcho sin más. La verdad es que estoy un poco molesta con Diego. No debería, porqué desde un principio sabía que esto era solo temporal. Que eran consultas para ayudarme a recomponer mi mente. Pero... saber que un día estaré sola, sin sus consejos hace que me sienta más sola que de costumbre.
Cojo mi teléfono, y marco el número de Ana. No creerá que vaya a ir a la cena, pero haré caso a Diego e iré.
—Hola preciosa. — Me dice cuando me coge la llamada.
—Hola, ¿cómo estás? — le pregunto. La consulta de Diego no queda muy lejos de mi casa así que voy andando.
—Pues acabo de salir de trabajar. Estoy cansadísima...
—Entonces, ¿no vas a ir a la cena? — ojalá diga que no...
— Claro que voy a ir tía... Además Clara me ha dicho algo que me he quedado muerta así que no me la pierdo por nada del mundo.
—¿El qué? — pregunto sin mucho interés.
—Supongo que para ti no es anda, pero Dios tía... hacía tanto tiempo que no me lo creo...
—¿pero el qué? — pienso en qué puede ser, pero no se me ocurre nada.
—Lucas ha vuelto. — ¿Lucas? No puede ser...
—No... — le respondo.
—Yo le dije lo mismo a Clara... Vuelve después de ocho años en Miami.
—Lo sé, lo sé... — No me lo puedo creer... Tanto tiempo ha pasado desde que despedí a mi amigo... —Acabo de salir de consulta.
— ¿Y cómo te ha ido con el guapo de Diego? — Al decir verdad, Diego es un hombre bastante atractivo. Es muy alto, lleva su pelo dorado recogido en una coleta, sus ojos verdes parecen que traspasan tu alma, sus labios que tranquilizan tu ser.
—Bien, ya sabes. Me ha dicho que vaya a la cena.
—Creo que estoy enamorada de tu psiquiatra. — Ana le conoce porque ha venido varias veces y ha entrado a consulta conmigo. Además una vez Diego me pidió que les dejara hablar a solas con ella, para saber como era antes de lo sucedido.
— ¿Aún sigue en pie mi invitación?
—Por supuesto. Ya verás cuando les digas que vienes... Sabes de sobra que te comerán a besos. — Río con ella.
—Iré preparada. Lo que no contaba era con Lucas. No sé si todavía estará enfadado...
—No lo creo. Ha pasado mucho tiempo. — El día de la despedida de Lucas, ocurrió algo que jamás debería de haber ocurrido, nos besamos. Llevábamos unas cuantas copas de más, había tonteo entre nosotros, entre una cosa y otra nos quedamos apartados del resto de la gente y se lanzó, y yo, tonta de mí le correspondí. Cabe decir que yo aún no estaba con... Carlos. Abril, debes de intentar decir su nombre sin que tus tripas se remuevan por dentro.
—Ojalá... Se me cae la cara de vergüenza. — Que le correspondiera al beso fue lo de menos, lo malo llegó después, que me comporté como una verdadera imbécil. Al día siguiente no fui a despedirme de él al aeropuerto, cuando todos los demás sí que lo hicieron. Cuando Lucas llegó a Miami me envió un mensaje, diciendo que me había echado de menos en su despedida, pidiéndome perdón si se había pasado la noche anterior, diciéndome que desde hacía un tiempo yo le gustaba y que no se quería ir sin probar mis labios. Le respondí que había estado pensando y que lo mejor que había sido fue no ir a su despedida. Que quería acordarme de él de aquella forma, no subiéndose al avión. Le dije que el beso para mí no había significado lo mismo que para él, que fue a consecuencia del alcohol, que solo lo veía como un amigo. Y que esperaba que pudiéramos seguir siendo amigos, que no se olvidase de mí en Miami, y que algún día podría ir a verle. Si él me invitaba claro. Al cabo de la semana recibí su respuesta, y me dijo que claro que me invitaba, que no me iba a olvidar y que siempre iba a estar pensando en mí, que aunque yo no lo viera de la misma manera que no quería perderme y que quería seguir siendo mi amigo. Después de ese mensaje, no le volví a responder a ningún mensaje más. Cuando vio que pasaban semanas de mi muda respuesta, volvió a escribirme, preguntándome si estaba bien, si me había pasado algo. Tampoco le contesté. Al cabo del mes volvió a insistir... y así hasta unas seis o siete veces más. Hasta que un día habló con Ana, y esta le dijo que yo estaba saliendo con... con el innombrable. Esa es toda la historia con Lucas. Lo sé, fui una subnormal. Pero es que justo después de la marcha de Lucas, El innombrable quiso quedar conmigo, ya que siempre habíamos sido amigos pero nada más, y ya empezamos a salir. No quería que... Carlos, se pusiera celoso de Lucas, ya que él sabía lo que había pasado, yo le juré que no iba a enviarle más mensajes aunque fuera mi amigo, y yo SIEMPRE cumplo mis promesas.
—Oye Abril, ¿puedo ir a tu casa? Así después nos vamos juntas.
—Perfecto. Estoy llegando así que te espero.
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Las Penurias de Abril
RomanceAbril tiene todo lo que siempre ha deseado en su vida. Siempre se ha conformado con muy poco. Tiene a su novio Carlos, del cual está locamente enamorada, ya llevan ocho años juntos, dos viviendo en la misma casa. Un día, Abril se encuentra una not...