VIII

12 0 0
                                        


-¿Todo bien? - pregunta Lucas cuando me siento en frente de él.

- Digamos que sí... - Veo como Clara, Andrés y Ana están sumidos en una conversación que parece ser bastante interesante para ellos.

- Hace como tres minutos que me perdí en la conversación.

-Aunque no me creas, a mí me pasa lo mismo y me suelo quedar apartada. - Sonreímos los dos.

-Hacía mucho tiempo que no veía tu sonrisa. - paro de sonreír inmediatamente y empiezo a toser.

-Ya, unos ocho años. - Digo después de atragantarme con mi propia saliva.

-Lo sé, Abril, no quiero sacar el tema pero... Creo que me debes una explicación. Durante estos años he estado pensando en qué te he fallado, si hice algo mal. - Estoy petrificada a la silla, tanto que creo que no estoy respirando. Esta noche está siendo demasiada para mí. -Me he preguntado muchas veces si no debería haberte besado, pero después pienso, y me acuerdo perfectamente, que tú me correspondiste, pero después no viniste a despedirte, y más tarde ni siquiera contestaste a mis mensajes. Abril, he estado cada día acordándome de ti. - No puedo soportar un minuto más esta tensión, así que decido cortar su discurso.

-Lucas, tienes toda la razón, pero esta noche no quiero hablar de nada de esto. Llevo una noche bastante movidita. No quiero que pienses que estoy intentando evadir la conversación, porque no es cierto. Solo dame unos días, para poder explicarte. ¿Estarás aquí mucho tiempo?

-Vaya... echaba de menos tus monólogos. - Y sonríe. Y es cuando me doy cuenta que le he echado de menos, el chico que siempre hacía que sacara una sonrisa. - Pues... como máximo un mes, ya sabes me están esperando para grabar el programa ese.

-Ah sí... esa chorrada.

-Puede ser... pero estoy seguro que después de hacer ese programa mi vida cambiará. Conseguiré algún que otro papel en la industria del cine y mi sueño se hará realidad.

-Los sueños suelen no cumplirse. Espero que no sea tu caso. - le digo bajando la mirada.

La cena transcurre sin ningún incidente más. Mi móvil no volvió a sonar a excepto de una llamada de mi madre, para comprobar si me encontraba bien. Durante la cena había hablado más con Lucas, que me había explicado algunas aventuras suyas por Miami. La verdad es que me reí bastante escuchándole. No había dejado de ser gracioso durante todo este tiempo. Al terminar la cena, decidimos ir a un pub musical que quedaba a unas tres manzanas del restaurante.

-¿Qué van a tomar? - Nos pregunta el camarero nada más sentarnos en una mesa al final del recinto. Yo elijo un San Francisco sin alcohol, me encantan. Preferiría un mojito, pero creo que no los hacen sin alcohol, es la bebida que más me gusta. Al principio, cuando los probé no me hicieron mucha gracia, pero un día, fui con... Carlos de vacaciones y en un bar nos pedimos uno cada uno y me encantaron.

-Lucas, ¿has roto muchos corazones allí? -le pregunta Clara y él se echa a reír.

-Unos cuantos la verdad. En todo este tiempo no he tenido ninguna novia... - Viene el camarero con nuestras respectivas bebidas y tardo cero coma en darle un buen trago a mi San Francisco. Su sabor refrescante inunda mi boca y cuando trago lamo mis labios en una acto reflejo.

-Venga ya hombre... Hasta yo he estado saliendo tres años con una chica... - Exclama Andrés.

-Pues no la verdad. Ninguna me ha interesado en ese plan. Además he estado muy liado allí con algunos asuntos. Abrí mi propia empresa de cámaras fotográficas, además acepté ser redactor en una de las revistas más leídas de allí. No he tenido mucho tiempo para relaciones estables. ¿Y vosotros qué?

-¡Ahora podemos decir que los cinco estamos libres! - Gritó Ana. - Un brindis por los cinco solterones. Un brindis por cada idiota que hemos tenido que soportar. - Esbozo una sonrisa, porqué sé que lo último que ha dicho ha sido por mí.

-¡Un brindis! - me uno a ellos y una libertad recoge mi cuerpo, una libertad que hacía demasiado tiempo que no sentía.

Las Penurias de AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora