Después de tanto tiempo es lo único que nos decimos el uno al otro, ¿no es un poco extraño? Me siento nerviosa, ha sido bastante incómodo ese momento en el que nos hemos mirado y nos hemos llamado por nuestros nombres. La cena fluye bastante más normal de lo que había pensado, aunque no hablo mucho, a veces río de los comentarios que hace Andrés o Clara. Veo como Ana me va mirando de vez en cuando y yo le asiento con la cabeza para demostrarle que estoy bien. Hablan sobre muchas cosas, pero sobretodo se centran en el viaje de Lucas. Este está encantado con toda la atención puesta en él y río por dentro. Siempre ha sido así. Me acuerdo como si fuera ayer cuando me contaba lo mucho que le gustaría hacerse famoso, actor y vivir aventuras. Nunca me lo tomé demasiado en serio, hasta que me dio la noticia de que se iba a ir. En ese momento (debo de reconocer) me sentí vacía, lloré mucho, pero al final entendí que ese había sido su sueño desde siempre. Y lo acepté.
—De todos he sabido durante este tiempo, menos de Abril. —Todas las miradas se dirigen hacia mí y yo me atraganto con el vaso de agua que me estoy tomando. No puedo probar el alcohol por la medicación que tomo que me mandó Diego. —¿Por qué no me cuentas que ha sido de ti en todos estos años?
—Yo... — intento, y digo intento porque no lo consigo, sonar normal, hablar sin tartamudear por los nervios. — Bueno... yo... mi vida no ha cambiado mucho. Aquí me ves. Igual.
—Te veo bastante cambiada. Y no recuerdo que estuvieras tan delgada.
— ¡Qué va! Nada ha cambiado, ni por dentro, ni por fuera. —Y siento que esta última frase que digo es totalmente cierta. Sigo siendo la misma chica ingenua, insegura y pesimista de siempre. Abril, si te estuviera oyendo Diego se enfadaría por hablar así de ti misma.
—Pues no lo parece. — Se me queda mirando sin decir nada. Y sé que me quiere decir con esa mirada. "Necesitamos hablar" Y sé que tengo que afrontar esa conversación.
Noto como me vibra el móvil, y es un mensaje de Diego:
Solo quiero saber como estás. Me iba a dormir ya, pero no podía pensando en como estarías. Espero que todo esté yendo bien.
Abril:
Podría ir mejor, la verdad. Pero lo soporto. Sé que tengo que hablar de lo que pasó con Lucas y no me apetece, pero le debo una explicación. Diego, de verdad tengo que esperar dos semanas para hablar contigo?
Diego:
Ya estamos hablando. Abril no necesitas verme antes.
Intento hacer como que lo que acabo de leer no me afecte, pero lo hace. Me afecta. ¿Cómo que no necesito verle antes? ¿Y él que sabe? Vale que muchas veces sabe lo que pienso, pero no entiende la ansiedad que siento al pensar en que tendré que esperar dos semanas para verle. Para poder llorar desconsoladamente por mi triste vida sin que me juzgue o me diga que todo irá bien.
Abril:
Si tú lo dices... Ves a dormir, no quiero ser la causa de tu desvelo. Buenas noches.
Diego:
No te enfades, si quieres podemos tomar café un día de esta semana. Ya sabes que tendría que ser en un sitio muy discreto para que nadie nos viera. Me estoy jugando mucho en ofrecerte esta especie de cita, pero hace tiempo que eres la causa de mi desvelo.

ESTÁS LEYENDO
Las Penurias de Abril
RomanceAbril tiene todo lo que siempre ha deseado en su vida. Siempre se ha conformado con muy poco. Tiene a su novio Carlos, del cual está locamente enamorada, ya llevan ocho años juntos, dos viviendo en la misma casa. Un día, Abril se encuentra una not...