Capitulo 13

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''Dios, qué guapa es'', pensaba Mason. Estaba enganchada a Vienna, como si fuera una droga. Había algo delicioso en verla sonrojarse. Su piel de alabastro era tan transparente que se le notaba todo. Un rubor rosado se extendía ahora sobre sus mejillas como reflejo de una emoción que Mason no acertaba a identificar. ¿Era enfado? ¿Culpabilidad? ¿Excitación? Su expresión era impenetrable, una máscara de serenidad fría tras la cual se escondían las mujeres de su clase. Aparte de haberse puesto algo rígida tras haber estado a punto de chocar con ella, su cuerpo tampoco enviaba señal alguna. Era una sirena de la peor clase: completamente distante y cegadoramente irresistible.

-¿Y bien? -inquirió Vienna con tirantez.

Mason arqueó las cejas. Vienna le exigía una explicación. Probablemente no estaba acostumbrada a que la dejaran plantada y mucho menos alguien que debería estarle agradecida por las migajas de atención que le prestaba.

-Supongo que debería haberte llamado por teléfono -aventuró Mason, con arrepentimiento fingido-. Culpa mía.

-¿Eso es todo lo que vas a decirme?

-Esto... estás espléndida esta noche. -Mason bajó la mirada a los diamantes y añadió-. Pero deberías hacer que un experto te limpiara el collar. Aún veo salpicaduras de sangre de mi abuela.

Vienna apretó los dientes en un claro intento de no perder el control.

-Si intentas sacarme de quicio, te advierto que no soy tan susceptible como lo era antes.

-Qué pena. Eras encantadora cuando no.. tenías tanta escuela. Incluso llegué a encapricharme contigo.

-Ya veo que lo has superado -espetó Vienna-. ¿Qué estás haciendo aquí?

-He decidido que tengo que salir más -replicó Mason con ligereza.

Se preguntaba por qué Vienna aún se tomaba la molestia de aparentar ser hetero en las reuniones como aquella. Su ¨acompañante¨ era obviamente uno de esos extranjeros solteros que las anfitrionas como Buffy podía convocar sin aviso previo. Ella, sin embargo, le había propuesto algo mejor.

-Por cierto -anunció en tono zalamero-, le he dicho a Buffy que no te hará falta ese como-se-llame... el conde italiano. Que puede sentarnos juntas en la cena.

-¿Qué has hecho qué? -exclamó Vienna en tono ligeramente chillón.

-Soló es una cena y hemos tenido momentos mucho más íntimos. -Mason vio cómo el rubor se le extendía a Vienna a la garganta y al pecho-.Le he dicho que ya era hora de que los Blake y los Cavender se reconciliaran y ella ha estado de acuerdo. Creo que quiere tener un papel decisivo en la reconciliación.

Mason saboreó en silencio el delicado respingo de Vienna ante su revelación.

-¿Y esperas que yo tome parte en esa farsa? -se escandalizó Vienna, retorciéndose el pelo con nerviosismo.

-No te será muy difícil. Tu familia domina el arte de la hipocresía.

-Si crees que voy a presionar a la gente para que se ponga de un lado o del otro, te equivocas, No pienso permitir que me hagas quedar como la mala de la película delante de mis amigos.

-No, seguro que no quieres quedar como una persona mezquina -dijo Mason con gentileza-. Rehuir a una mujer tras la trágica muerte de su hermano... y luego dejarla en la ruina. Muy poco digno.

-Si de verdad me importara lo que la gente pensase de mí, me pasaría las noches en vela.

-Bueno, no me gustaría que no pegaras ojo por mi culpa -le sonrió Mason.

El jardín oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora