Tributo

43 6 4
                                    

 -Veo que estamos todos- dijo quien sus colegas conocían solamente como B dando comienzo a la reunión.

 Todos permanecían expectantes a lo que el organizador tenía para decirles. Habían pasado aproximadamente veinte años desde la última vez que se habían reunido y como era de esperarse muchos de los miembros habían muerto y ahora eran reemplazados por sus hijos e hijas. Si bien aquella reunión hace veinte años no había sido más que una falsa alarma así como las más antiguas cada reunión procedía de una forma diferente salvo por el rito en caso de que este corresponda.

 B permanecía parado y deambulaba alrededor de la mesa donde se encontraban los otros miembros del grupo sentados. Finalmente se decidió a hablar.

-Han pasado ya muchos años desde la última vez que los he llamado y veo que hay algunos miembros nuevos aunque asumo que están familiarizados con los hábitos de este grupo.

 A pesar de los años transcurridos ni una cana asomaba al rostro de B, ni siquiera un rasgo de vejez. Sin embargo, su mirada delataba sus años.

-Como bien saben los nuevos miembros todo miembro debe ser inicializado-comentó el anfitrión sacando una pequeña daga de la funda enganchada al cinturón de su atuendo. Se la entregó primero a la hija de Ray que no podía tener mas de treinta años y ella la tomo como quien recibe la hostia. 

-Muerto no está lo que muerto yace. Nací del pecado y moriré en el mismo por ti si me lo permites. T' navi um navi, Vulcan-dijo haciendo un corte horizontal en su muñeca. Dejó caer la sangre que procedía de esta en la gran fuente con la figura de su ídolo en el centro apenas visible gracias a la poca luz del lugar. La voz de los miembros resonó en todo el lugar cuando repitieron tras ella: T' navi um navi, Vulcan. B la miró con aprobación y ella se sintió aliviada.

 Pasó la daga a Oliver de apenas siete años, su padre había muerto hace a penas tres meses de un segundo infarto y no había hablado mucho sobre el grupo con él. Luego de su primer infarto el padre de Oliver empezó a familiarizarlo con el grupo, aunque siempre lo había preparado a su manera para el mismo, recién luego de aquel suceso empezó a hablar explícitamente de él; solo habían podido hablar del tema por dos meses antes de su segundo infarto.

 Jade, la hija de Ray, se acercó a B y apoyo su mano ensangrentada sobre la pequeña mesa adyacente a la que estaban sentados los demás miembros. B levantó la cuchilla de la mesa y cortó la mano de Jade, ella solo hizo una mueca de dolor. El anfitrión coloco la mano en una bandeja de plata sostenida por uno de los asistentes de la reunión el cual se retiró apenas colocado el tributo. Jade salió con el asistente para que la vendara.

 Los asistentes eran los aspirantes a miembros que no poseían ninguna relación sanguínea con algún ex-miembro del grupo. Debían vivir en la casa donde se realizaban las reuniones realizando tareas imposibles para cualquier persona mentalmente sana.

 Oliver se posicionó donde antes Jade había realizado el corte precedente al tributo. Tuvo que subirse a un banco para llegar a la altura de la fuente enfrentando así al ídolo, la daga le temblaba entre sus manos. Pocos de estos llegaban a ascender a miembros, todos estos imposibilitados por la muerte.

  -Muerto no está lo que muerto yace. Nací del pecado y moriré en el mismo por ti si me lo permites. T' navi um navi, Vulcan-dijo con la voz dulce propia de un niño haciendo un corte por debajo de los dedos de su pie dejando caer las pocas gotas de sangre en la fuente inferior. Sin embargo los miembros del grupo no repitieron las palabras tras él.

 Oliver rompió en llanto y B ya al lado del niño arrebató la daga de sus manos.

-Tu ofrenda no es suficiente, gusano-dijo B sin aumentar el tono de voz, sin embargo las palabras le parecieron gritos.

- ¿Acaso lees las palabras de la daga? No, ni siquiera escuchas las palabras que salen de tus labios, las escupes como si se trataran de nada ¿Acaso esto es todo lo que tienes para ofrecer? -continuó, señalando los dedos de Oliver.

   -Muerto no está lo que muerto yace. Nací del pecado y moriré en el mismo por ti si me lo permites. T' navi um navi, Vulcan- dijo B y sus palabras resonaron por toda la casa al punto que los asistentes fuera de la habitación las escucharon y se les erizó la piel. Los demás miembros repitieron firmemente tras él: T' navi um navi, Vulcan y aún repitiendo todos ellos al unísono no lograron el mismo nivel de voz que B.

 Luego B alzo la daga por encima de su cabeza y la clavó en el medio del cráneo de Oliver; esta pasó como si nunca hubiera existido hueso en su cabeza. B quitó la daga del cuerpo del niño y limpió la sangre en sus ropas. Los miembros del grupo empezaron a golpear la mesa y a lanzar gritos guturales  mientras que parándose de a uno escupían al cuerpo del niño y volvían a su lugar; esto se repitió hasta que todos los miembros lo hubieran hecho, todos menos Jade. Una vez que realizaron esta acción todos los miembros, B lo escupió y  los desprendió de sus ropas que luego iban a ser quemadas. Los golpes y gritos cesaron y dos asistentes se llevaron el cuerpo desnudo del niño para proceder con el siguiente paso.

 Jade que había estado esperando en la puerta hasta terminada la iniciación vio salir a Oliver agarrado por los dos asistentes e hizo su mayor esfuerzo para contener la sensación de horror que esta imagen le indujo. Entró y tomó su nuevo lugar en la mesa.

-Finalmente puede empezar la reunión. T' navi um navi, Vulcan - todos repitieron tras él, incluso Jade.

Alerta: DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora