Cruciatus

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El director de la escuela era totalmente diferente a lo que Hermione entendía como director, no le costó mucho trabajo reconocer que era un metamorfomago, llevaba pantalones hawaianos, pelo rojo con un tono amarillento y parecía de unos cuarenta y pico años. 

-Es un honor tenerla aquí señorita- dijo el director

-El honor es mío señor mmm...

-Señor Achhoud, James Achhoud- dijo el director.

-Un placer- respondió Hermione.

-Lamento no haberle informado antes que necesitamos algo a cambio de sus padres.

-Haré lo que me pida señor-dijo Hermione determinada.

-De acuerdo, primero quiero que vea a sus padres, después te diré de que se trata.

El corazón de Hermione se aceleró cuando escucho esas palabras, sus padres estaban allí, eso la preocupó demasiado ¿Qué hacían en un colegio de magia? Sintió la necesidad de correr, volver a la madriguera y regresar con Ron y Harry. Pero ya era tarde, tenía que afrontar lo que vendría sola. Por un momento pensó que el "intercambio" sea enseñar la historia de la Batalla de Hogwarts a los alumnos de Aussiewarts y contarles cosas sobre Harry y sobre cómo habían sobrevivido a través de los años pasados.

El director los llevo hacia una especie de sótano, en el que en vez de polvo había paredes de madera que brillaban de lo limpio y una escalera que parecía no tener fin. Una vez llegado a lo que parecía el límite, estaban las cocinas de Aussiewarts. A diferencia de Hogwarts estas no tenían elfos domésticos cocinando y limpiando sino personas. 

-En Australia no nos gusta utilizar criaturas mágicas como elfos domésticos, al contrario, usamos no-mágicos, muggles como dicen en su país. La mayoría son enfermos mentales abandonados por sus familias, otros vagabundos y personas que se han quedado sin retorno. 

-Están violando el estatuto-reclamó Hermione.

-No, no lo estamos- dijo James- ellos no saben dónde están, piensan que es una clínica de rehabilitación donde sus servicios son la paga por el lujo de vivir en esta isla.

-¿Cómo es que no se dan cuenta?

-Al final de cada día les borramos la memoria.

-¡Eso no es saludable!- se quejó Benjamin.

-No, no del todo pero al menos están en un lugar mejor que en la calle o manicomio, de todas formas, nadie los quiere o se acuerda de ellos.

-¿Por qué me trae aquí?- preguntó Hermione.

-Porque aquí están sus padres señorita Granger.

Hermione vislumbró la extensa sala y localizó a sus padres a la izquierda de la cocina. Su madre estaba pelando papas y su padre lavando platos.

-¿Cómo es posible que haya pasado esto? Me aseguré de que tengan una vida digna ¿Por qué están aquí?

-A decir verdad señorita-dijo el director- están aquí hace unas semanas. Cuando la batalla de Hogwarts concluyó y todos se enteraron de la derrota del Señor Tenebroso, el mundo mágico estaba conmovido. Todos hablando de las hazañas de Potter y sus amigos, de cómo un chicuelo había vencido al mago más tenebroso de Gran Bretaña ¡Idiotas! Aclamando historias que no conocen con lujo detalle. En fin, sus padres están aquí por que usted es la que necesito.

Hermione metió su mano en el bolsillo esperando a atacar al Achhoud.

-¿Qué quieres de mí?

-S...su.su brazo- susurró Marcus y Hermione lo vio, sobre el antebrazo de Acchoud había un tatuaje, uno que producía terror en un inglés, era la marca tenebrosa.

Ron y HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora