Capítulo 4

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Pasó al rededor de dos horas antes de que pudiéramos salir.
No sabemos que partes afecto la radiación. Espero que lejos de aquí.
–Nos vemos mañana, Liz– me despido de ella. Tengo que ir rápido a casa.

Durante el camino, vi a personas destrozadas a causa de la radiación.
Prácticamente, vivimos en un vecindario radioactivo.
Nos consume poco a poco.
Lo único que puedo decir es que tendremos mucho trabajo en la farmacia.

Lo más probable, es que Bryn esté en casa de los Thomson.
Le tienen mucho afecto a Bryn. Cuando pueden nos dan un poco de comida. Se que hacen un gran esfuerzo. Es muy difícil conseguir comida suficiente hoy en día.

Me acerco a su puerta y toco.
Sale la señora Lyla.
–Hola Mack– dice cuando sale– ¿En qué puedo ayudarte?
–Solo venia a ver si Bryn se encuentra aquí.
–Lo siento. No esta aquí. La vi jugando en su patio esta mañana. Cuando comenzó la alarma, mi familia y yo fuimos rápido al sótano. Desde entonces no la he visto.

Bryn no esta aquí.
–Gracias. Revisaré con los demás vecinos– digo.
–Avísame por cualquier cosa, ¿si? – dice y cierra la puerta.

Voy con los demás vecinos, pero ninguno me da señas de Bryn.
Lo mismo que me dijo Lyla.
Solo la vieron esta mañana antes de la alarma.

Estoy preocupada. Si Bryn no estuvo con ninguno de los vecinos, eso significa que no estuvo a salvo de la onda de radiación.
Oh Dios.

Regreso a casa. Es mi última esperanza antes de salir a la ciudad a buscarla.

Recorro la sala. Nada.

La cocina. Nada.

El baño. Nada.

La habitación. Nada.

No está por ningún lado.
Ni siquiera pude acercarme a la habitación de mis padres. Siento el cambio de ambiente cuando pasó por ahí.
No se donde pueda est...
¡Ahora recuerdo!

Le he dicho a Bryn, que cuando tenga miedo, se esconda en el armario. También le dije que siempre la encontraría.
Salgo corriendo a la habitación.
Ahí esta nuestro viejo armario.

Abro la puertas con cuidado, y ahí está.

Mi hermana pequeña, dormida entre los abrigos.

Siento un alivio que recorre mi cuerpo. Solo intento reprimir las lágrimas para no asustar a Bryn.

–Te encontré– le digo despertándola.
–Sabía que me encontrarías– dice cuando se incorpora.– Lo prometiste.
–¿Por qué no fuiste con algún vecino? –No sabia de que era esa alarma, me asuste y recordé que me dijiste que cuando tuviera miedo, viniera al armario.
–Hiciste bien–digo y la abrazo. No soy capaz de reclamarle. Es solo una niña.

Es solo mi hermana.
No sé si la radiación le afecto, pero no muestra ningún signo.

Espero que no.

Prometo Cuidarte|| [SinEditar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora