Cuando desperté solo pude pensar en Álvaro, ¿cómo pueden engañar tanto las apariencias? Fernando me había llamado después de irse, me dijo que tenía que decirme algo muy importante, pero estaba tan cansada que prometí llamarle hoy.
Me hice una coleta y bajé aun en pijama, mi padre todavía estaba durmiendo, me hice él desayuno y llamé a Fernando.
Llamada temefónica
-¿Hola?
-Fernando, soy Gema.
-Anda, hola.
-¿Qué era eso tan importante que tenías que decirme?
-Ah, si si. Pues mira he pensado todo lo que me has dicho tal final tengo una respuesta.
-Pues dímela.-No voy a hacerme ilusiones, habrá elegido a Olalla y tendrán hijos, como dijo en él bautizo.
-Gema...te quiero...¿quieres ser mi novia?
-Fernando...me encantaría en serio, pero tienes que explicarmelo todo, al detalle.
-Ven a mi casa.
Y colgó.
Subí corriendo, me puse unos vaqueros y una sudadera con mis superstar, le dejé una nota a mi padre y cogí él bus a casa de Fernando.
Llamé al timbre y nada mas abrir la puerta me besó y me llevó al sofá en brazos.
-He echado tanto de menos esto...
-Y yo a ti.
-Gema, he dejado a Olalla, ¡al final lo he echo!
-¿Por qué la has dejado exactamente?
-Le dije que quería a otra persona, la dejé por ti.
-Te quiero, te quiero, te quiero mucho, ¡muchísimo!
-Yo también te quiero Gema.
Nos fundimos en un largo abrazo mientras nos besábamos, un beso con sentimiento, no hacían faltas palabras, los dos encajábamos a la perfección, como la arena y él mar, como la luna y las estrellas, él era la pieza que le faltaba a mi puzzle.
