Un vago recuerdo.

Parte 10- Mariposas.

Mes y medio pasó, y sí, me tiré a muchos chicos después de él. No era nada personal pero ya era costumbre para mi. Unas noches sí, me lo pasaba bien, disfrutaba y todo eso, pero no sé, a veces me sentía vacía y llena al mismo tiempo. Era una extraña sensación. Llena por el mero echo de tener lo que quería al momento, pero vacío por no tenerlo a él. 

¿Puede que estuviese... enamorada? No, era imposible, o eso pensaba, pero... ¿Por qué siempre me acordaba de él?

Me arrepentía tanto de haberme largado aquella vez... si no lo hubiese echo puede que cuando reflexioné todo esto estuviésemos juntos viendo una película o quién sabe. ¿Ese típico día de lluvia que te quedas en casa con tu novio jugando a los vídeo juegos? Sí, la mítica escena ñoña que quieren todas las niñas, eso quería yo. Sí, vale, lo sé, en el fondo fondo de mi corazón soy un poco cursi... ¡No me juzguéis por ello!

Si os soy sincera, no entiendo el amor, la verdad. Es algo muy subjetivo; para algunos: es cariño, para otros: es cuidar a la otra persona, pero sinceramente, para mi el amor es puro sexo. Un novio es una simple etiqueta para adueñarse de alguien, da a entender a los demás que estas atado a una relación. Que va, yo no era de "esas". 

 Yo era libre, como las mariposas. Las mariposas para mi son una metáfora perfecta. Al principio, somos pequeñas orugas, inexpertas, quiero decir: no tenemos experiencia alguna con lo que llamamos "tener una relación". La segunda fase para mi sería: la fase del capullo, que como su nombre bien indica, nos pone límites un "capullo", esta sería la etapa de la relación. Y la tercera, última y mejor fase: convertirse en mariposa, escapar de la jaula que nos apresa, zafarnos de la relación y poder volar a nuestro antojo, hacer lo que nos de la gana.

Pero aun contándoos esto yo necesitaba verlo, por lo menos una vez más. Necesitaba aclarar lo que sentía por el pero veía un gran problema... ¿Cómo podía encontrarlo?