CAPÍTULO 24

15 1 0
                                    

Seguimos en el vehículo/hospital, pero todos menos Esther nos iremos con los otros en la próxima parada para repostar, todos estamos más tranquilos, hasta los Morgan, que en ese momento estaban conversando con Leonard.
Paramos en un gran terreno árido para descansar y cargar la batería de los vehículos, suerte que ya no existan vehículos que necesiten petróleo, ahora podemos repostar en cualquier parte.
Nada más salir del vehículo/hospital, Edgar y yo nos reunimos con los Morgan para ir en el otro vehículo.
La señora Morgan nos recibió con una cálida sonrisa.
- Hola chicos, ¿ya estáis mejor?- ambos asentimos con la cabeza y entramos en el vehículo, que era bastante acogedor con un sofá y simuladores de televisión para que los programas sean más realistas y una nevera con comida.
- Estos trastos son la leche.- Me contestó Edgar.
- Ni mi casa tiene estos lujos- me volvió a contestar.
-¿Te gusta chaval?- preguntó Leonard, él asintió como un niño pequeño.
- Pues todo esto no es nada con lo que hay en la ciudad.
-¡Madre mía!- exclamó Edgar.
-¿Queda mucho para la ciudad?- pregunté.
- Si no hay ningún contratiempo estaremos allí al anochecer.
Minutos después ya estuvimos rumbo a la ciudad, el viaje fue bastante agradable y seguro, sobretodo seguro ya que había otro grupo de vehículo detrás que nos protegían las espaldas.
-¡Esto está buenísimo!- dijo Edgar con la boca llena de patatas de bolsas.
-¿Te importaría no hablar con la boca llena? ¡Me están callendo restos de comida! - se quejó Mia y todos nos reímos y Edgar nos miró mal.
- ¡Y también procura dejar para los demás! ¡Que no sólo éstas tú! A veces pienso que tienes cuatro estómagos como las vacas. ¡Tragón!
Todos estallamos a carcajadas por lo que dijo Hugo y Edgar empezó a decirle algo impronunciable procurando que le calleran todos los restos de comida posible lo cual también fue muy gracioso, aunque los Morgan les llamaron la atención.
-¿Que tal va todo por aquí?- preguntó Amber volviendo de la parte delantera del auto.
- Muy bien, muy a gusto.- respondió la señora Morgan por todos.
- Me alegro, si necesitáis algo ya sabéis donde estoy.
- Una pregunta antes de que te vayas.
- Dime Adam.
- ¿Quiénes son los que van detrás de nosotros?
Amber me miró confusa.
- No va nadie detrás de nuestro, sólo estamos nosotros.
- Pues estoy seguro que me pareció ver otro convoy detrás nuestro.
- Un espejismo- dijo Hugo con tono burlón
- ¡ Cállate! ¡Plasta!- le contestó Mia.
- No Adam, no hay nadie detrás nuestro, vuelve a mirar y lo verás.
Cuando miré hacia atrás solo vi otro dos coches de nuestro convoy
"Imaginaciones mías" pensé y me senté junto a Grace para darle algo de conversación, casi siempre la veo callada.
-¿Que tal el viaje?- le pregunto
- Bastante agradable, ese tal Leonard ha sido muy amable conmigo y ha sido bastante cercano a los Morgan.
-¿Le conocen de algo?
- No sé Adam, tampoco he estado al tanto de la conversación.
- Vale.- Después de un silencio bastante incómodo para mí Grace me preguntó.
-¿Que piensas de las personas que nos recogieron de la cueva?
- Bastante simpáticos y serviciales, ¿por que lo preguntas? Has detectado algo.
- No, desde que se presentaron ante nosotros me han dado muy buenas vibraciones, lo único malo es que les veo muy despistados, y eso es peligroso para ellos.
-¿ Por que piensan que son despistados?
- Por no darse cuenta de que alguien iba detrás de nosotros.
- Ah, ¿no eran imaginaciones mías?
-¡Para nada! Vistes el vehículo, pero ahí te quedaste.
- ¿Hay algo más?
- No parecen que tengan buenas intenciones, yo que tú avisaría, miraré por la ventana, empieza a estar muy oscuro y con oscuridad sois más vulnerables.
-¿Sois? ¿No te incluyes?
- Veo a oscuras y vosotros no, ¿alguna razón más?
-No- le dije sonriendo.
Después de la conversación, se quedó mirando por la ventana, parecía tranquila, preciosa, yo fui a la parte delantera para avisar de que podríamos estar en peligro, llamé a la puerta, Amber no tardó en abrirme.
- Hola Adam, ¿en que podemos ayudarte?
- Bueno... la verdad sólo quiero avisaros de que estamos en peligro.- Amber me miró extrañada, luego me sonrió.
- Tranquilo, si hubiese un peligro serio ya lo habríamos no...- de repente dejó de hablar.

HOMO GMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora