CAPÍTULO 3

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El entrenador Thomas Smith, fue el que nos levantó a las siete menos cuarto de la mañana con la peor sutileza que te puedas imaginar y nos pusimos el traje de entrenamiento.
El desayuno era completo, con fruta, huevos fritos, café ...etc, completo para aguantar los entrenamientos. El primer día fue bastante duro, aprendimos lucha cuerpo a cuerpo, el entrenador Jonathan nos enseñó algunas lusaciones con una alumna rubia, de las mayores, y luego puso en la pizarra las parejas que lucharían ese día:
Adam Miller- Edgar Stone
Hugo Jones- Bruno Haynes
Jake Harper- Mia Parks
Claire Jhonson- Liam Wilson
Jane White- Esther Parker
...
- ¡ Hey entrenadores!- se quejó Jake- ¡no vale! ¡Ella me saca dos años!
- ¿Ves que me importe Harper?- dijo Jonathan- aquí se viene a luchar, no a llorar.
-¡ Pero ponedme a alguien de mi edad!¡Esa me va a meter una paliza!
-¡Escuchame bien chaval!-gritó Thomas-En la guerra que vais a participar luchareis con gente que os saque diez años o más, y ellos no tendrán la bondad de darte ventaja como Parks
Jake ya no dijo nada más y se fue a la colchoneta donde estaba Mia, también me pareció ver  que Jonathan le decía algo a Thomas, pero dejé de pensar cuando Edgar me tiró de una patada.
- ¡Hey princesa! ¡Que ya estamos luchando!- me incorporé y empecé a forzejear con él, era fuerte, pero yo no me quedaba atrás, lo cual había algo de equilibrio en nuestra pelea, en la de Hugo y Bruno no, Hugo era un gorila y el pobre Bruno, un tirillas, me daba hasta pena.
La comida no fue nada especial salvo por los moratones, bueno yo estaba como nuevo comparado con Bruno.
Por la tarde, estuvimos practicando tiro con arco, que fue genial para hundirnos el autoestima, prácticamente nadie, salvo Esther y Bruno, sabía ni siquiera coger bien el arco, los entrenadores estaban desesperados, sobre todo William Houston, no nos paraba de reñir y darnos collejas o compararnos con Esther que prácticamente siempre le daba a diana, además, eran seis dianas pequeñas, a no ser que fueses experto como Esther, no darías al blanco ni de coña.
Esto me dio una razón más para odiar ese estúpido lugar, los entrenadores no te enseñan, te hunden, sacan lo peor de ti.

HOMO GMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora