CAPÍTULO 23

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Aparecieron dos militares armados, un hombre y una mujer, la diferencia de los que nos atacaron aquel día en que asesinaron a Jake Harper era que no se cubrían el rostro, el hombre parecía más mayor que la mujer, que tendría la edad de Jonathan.
- Yo me llamo Leonard y esta es mi acompañante Amber, nosotros y otros muchos al saber lo que ocurrió en la Academia y que había supervivientes decidimos ir a ayudaros, estamos completamente en contra de las reglas de Stilson, venid con nosotros os llevaremos a la ciudad.
Oí varios suspiros de alivio, yo era de los pocos que estaba tenso, ¿Que pasaría con Grace si descubren que es una Homo GM?No quería ni imaginarlo, ahora mismo ella no sabrá dónde meterse.
-Si hay alguien herido pueden traerlo aquí, trataremos de curarle por nuestros medios.- Esta vez habló la mujer.
Edgar y Liam acercaron a Esther hasta los soldados que la miraron de arriba abajo y luego nos miraron a nosotros.
-Sin duda esta niña necesita supervisión- dijo Amber- pero vosotros tres- nos dijo a Liam a Edgar y a mí.- no estáis tampoco en muy buen estado, esas heridas aunque tengan varios días han cicatrizado mal, también necesitáis supervisión, los demás subid a los vehículos con Leonard, este lugar no está un buenas condiciones para que viváis.
Los vehículos eran inmensos y muy modernos, nunca había visto unos así, por dentro ni siquiera parecían vehículos, en la parte de delante tenía siete plazas, y la de detrás podía ser cualquier cosa, como unas camas o una nevera para dejar reservas, al que entre con Liam, Esther y Edgar parecía una habitación de hospital en miniatura, dentro había un par de enfermeras, una atendió a Esther, y la otra, a nosotros tres, nos desinfectaron y cosieron, a Liam le vendaron la pierna y Edgar le pusieron una enorme gasa en la cicatriz.
-Liam, me parece increíble que hayas estado tanto tiempo con esa herida sin atención.- le llamó la atención la enfermera.
-¿No me pasará nada en la pierna verdad?- La enfermera hizo una mueca.
-Vamos a tener que intervenir, pero no te preocupes, después de un tiempo en reposo volverá a estar bien.
Luego se dirigió a mí.
-¿Tú que tal?¿a parte de las heridas tienes molestias?
- Bueno, desde el bombardeo no puedo oír nada por el oído derecho, al principio era molesto, pero ya me he acostumbrado, he podido hasta hacer guardias cuando estábamos en la cueva.
-Te voy a examinar el oído ¿vale?- yo asentí mientras me introducía el otoscopio, al poco me dice:
- Definitivamente has perdido el oído por completo Adam, pero podemos hacer dos cosas: un implante de cóclea o reconstruirte el oído, porque en tu caso, es un daño reversible.
-Prefiero que me lo reconstruyan.-Ella asintió.
- Te operaremos al igual que a Liam cuando lleguemos a la colonia, pero tú podrás volver a entrenar en 24 horas.- yo asentí agradeciendo que el dinero haya perdido su importancia en casi toda su totalidad porque entonces no me lo hubiese podido permitir, ahora la gente prefiere ayudar sin pedir nada a cambio.
-Vayamos con Edgar, he podido apreciar que tu cicatriz no es para nada reciente, veo que tiene sus años y no ha tenido ningún tipo de tratamiento, ¿tus padres no se dieron cuenta de una brecha así?
Edgar respiró hondo, odiaba hablar de ese tema.
- Mi padre si se dio cuenta, pero no le importo.- La enfermera no da crédito a lo que oye.
-¿Que hay de tu madre?
- Murió al tenerme, por eso me detesta.- La enfermera decide ser cercana con él.
- No tienes que volver a verle, y si tienes algún problema de ese tipo no te lo calles, estas cosas siempre han sido intolerables y tal como están las cosas, ahora más.- Edgar asintió sonriendo, aunque no lo quiera reconocer, en el fondo le gusta que le escuchen y lo comprenda, sólo no está acostumbrado.

Mientras tanto, Esther rompe a llorar mientras la enfermera que la atiende la trata de consolar.
-¿Esther que te pasa?- pregunta Edgar bastante preocupado.
-¡El brazo es lo que pasa!- y rompió a llorar otra vez.
-Su brazo ya no se puede recuperar. - explica la enfermera que estuvo con ella.
-Le expliqué que no puede tener un miembro inservible, no merece la pena, así que vamos a tener que amputarle el brazo sí o sí.
-¡Nunca más volveré a hacer tiro con arco!- se lamenta Esther.
-No te preocupes cielo, tras amputarle el brazo, tendrás una buena prótesis, es tan cómoda y manejable como un brazo normal, así volverás a hacer tiro con arco y los otros ejercicios de entrenamiento con normalidad.-
Ella asintió algo más aliviada.
-¿Cuanto queda para la ciudad?-pregunté.
- Al ritmo que vamos, en un par de días estaremos, añadiendo a eso el tiempo que nos conlleva repostar.
En eso la soldado Amber, que estaba de copiloto entre en el mini hospital para preguntar por nosotros y las enfermeras les comenta como vamos.
- Bueno chicos, nos vamos a la parte delantera, de vez en cuando iremos a veros, pero si pasa cualquier cosa no dudéis en avisar-dijo la enfermera que nos atendió.-En fin, de todas formas nos veremos en el entrenamiento.
-¿Vosotras también vais a luchar?-la enfermera sonríe.
-Claro, en esta guerra estamos todos, como no nos afecta a unos sí y a otros no, por supuesto que no vamos a luchar unos sí y otros no.

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