CAPÍTULO 2

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Ha pasado una semana desde la charla que tuve con mis tíos sobre la Academia de Adiestramiento, y aunque mis ganas de ir a ese sitio están bajo tierra, me dejé hacer de rogar e ir allí, ya que no conseguiría nada insistiendo.
En la maleta sólo tuve que meter ropa interior limpia, ya que en la Academia te dan un uniforme.
- Bueno cielo- dijo mi tía que fue a llevarme a la academia- saca lo mejor de ti, nos veremos en vacaciones o en cualquier fin de semana- me dio un sonoro beso en la mejilla y se marchó dejándome sólo.
Miré a mi alrededor, no había casi nadie, sólo algunos padres despidiéndose de sus hijos, uno de ellos me llamó la atención porque tenía una notable cicatriz en el brazo, no sabía que me había quedado con la mirada fija en su cicatriz hasta que me respondió.
- ¿ Qué me miras?- fue un poco borde, pero le respondí de buenas maneras, en ese momento no me apetecía buscarme enemigos.
- Tu cicatriz
- Ah ya, pues no la mires, no me gusta
- ¡ Que más da!
- ¡ Bastante! Tú no la mires y punto- me dijo con un tono bastante molesto aquel chaval me estaba empezando a caer mal
- Oye escúchame niño, te estoy hablando bien así que procura hablarme del mismo modo, ya tengo bastante con venir a esta mierda de lugar para que encima tenga enemigos- el chaval dejó de ser tan arisco conmigo.
- Vale tío, pero quiero que sepas que aquí no eres el único que no quiere estar aquí, ningún chico o chica que veas quiere estar aquí.
- Normal- respondí
- Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Adam Miller
- Yo Edgar Stone, y cómo veo que no nos queda más remedio que estar en esta mierda de lugar, será mejor que nos llevemos bien para que este lugar no sea tan horrible ¿de acuerdo?
- De acuerdo- respondí, en ese momento se nos acercó un chico bastante mayor, o eso creo porque era alto y con un cuerpo bastante tonificado.
- ¡ Hey vosotros dos! ¿ Sois sordos o es que pasáis? Os he mandado a las habitaciones mientras estabáis de cháchara, ¡venga! Os quiero en menos de un minuto en la habitación 2 del pasillo derecho
Edgar y yo nos dirigimos a las habitaciones, donde nos había mandado aquel hombre.
-¿ Quien era ese?- me preguntó Edgar
- Ni idea, creo que algunos de los entrenadores.
- Ah
La habitación 2 no era muy grande, pero al menos era habitable, había 6 camas, 3 a cada lado y otros 4 chicos de nuestra edad.
Aquel hombre que Edgar y yo vimos antes no tardó en venir.
- ¡ Poneos de pie frente vuestra cama! Me presento, yo soy Jonathan Morgan, uno de vuestros entrenadores, pero sólo os consiento llamarme "entrenador".- dijo con una voz sorprendentemente grave.
- Aquí aprendereis a luchar cuerpo a cuerpo, tiro con arco y manejar armas principalmente, hoy sólo descansareis, mañana por la mañana el entrenamiento será a las 7:00
- ¿A esa hora? ¿en serio?-se quejó un chaval de pelo negro
- ¿Quieres que sea a las 5:00 señor Jake Harper?- le preguntó el entrenador, al parecer se sabía el nombre de todos.
- No, entrenador- dijo Jake
- Bien, os veré mañana, no tardeis-y se largó
- Buah, ese figura habrá dejado loquitas a todas las chicas-dijo el más grande y rubio de la habitación
- No te digo que no Hugo, pero mi hermana mayor dice que tiene novia, y es una de las alumnas mayores-dijo Jake
- ¡Anda no lo sabía! Así que el tío está cogido-dijo Hugo
- No te preocupes Hugo, ya encontrarás a otro-se mofó otro que más tarde supe que se llamaba Bruno.
- ¡Cierra la boca Haynes! ¡ Mañana te vas a cagar en el entrenamiento!- dijo Hugo rojo de ira
- Tranqui tío, solo estaba bromeando
Y entre bromas y conversaciones triviales pasamos nuestra primera noche en la Academia de Adiestramiento.

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