CAPÍTULO 18

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La semana comenzó diferente, desde el ataque en el que Jake murió, nada es igual, no hay tanto jaleo y tantas bromas aunque todos intentamos que todo vuelva a la normalidad, era un poco imposible.
- Vaya asco de día - comenzó Jane
- ¿Que ha pasado?- pregunté.
- El entrenamiento ha sido un desastre, William Houston es un carbón de primera.
- ¡Vaya!- dijo Edgar sarcásticamente- dinos algo que no sepamos.- Jane sonrió.
- No, nada más, este ha sido mi día de hoy, ¿que tenéis ahora?
- Tiro con arco - dije pronunciando la última palabra con asco- no entiendo por qué tenemos que a hacer esa mierda, en la guerra no nos va a servir de nada.
- Eso es cierto- continuó Edgar- y encima con el William ese que sólo sabe comparar.¡Buah! ¡Que asco me da ese tío! Además, con Esther Parker que es súper buena el tío ese pone el listón muy alto.
- ¡Edgar espabilado!- apareció Hugo alegre dándole una colleja amistosa a Edgar- pobre Esther jajajaja, no tienes a quien echarle la culpa y se la echas a la primera de la clase, muy bien tío, muy honrado y honesto nos saliste jaja.
- ¡ Es que es así Hugo tío! Si no estuviera William sería más amable.
- Pequeño Edgar- dijo Jane- en nuestro grupo no hay ni un cerebrito y William no está repartiendo caramelos por coger bien el arco.
- ¡Oye! No estaría mal. - dijo Hugo.
En ese momento sonó el timbre, se acabó el descanso ahora tocaba tiro con arco, esto era deprimente.
- Suerte chavales, procurad no llorar mucho cuando diga que sois malo.
- ¡Calla Hugo!- soltó Edgar.
- ¡Esa es la actitud cariño!- bromeó Hugo, Edgar le respondió con un corte de manga, hacia días que no estábamos así.

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- ¡Venga inútiles! ¡Coged el arco como sepáis y poneros cada uno en un blanco! Quiero que cada uno de vosotros le de al blanco un mínimo de 10 veces. Si no llegáis, os tocará hacer 150 abdominales y 15 vueltas alrededor de la academia.
- Edgar
- Dime Adam
- Estamos jodidos
- Sí, bastante.
Miramos a Esther, viéndola a ella el tiro de arco parecía un juego de niños.
-Esther guapa - le llamó Edgar, ella se giró, la única persona que no tendría que hacer el castigo.
- ¿Que quieres Edgar?
- ¿Nos enseñarías a mí y a este otro infeliz tiro con arco?- se lo pensó un poco.
- Lo siento chicos, pero el entrenador no me dejará.
- ¡A ver chavales!- gritó el entrenador- ¿Que coño hacéis aquí?
- Tiro con arco- respondí con un hilo de voz.
- ¡Exacto! ¡Cada uno en su blanco! ¡y ahora mis...!- no pudo terminar la frase porque en ese momento el techo se vino abajo tras un ruido ensordecedor.
Perdí de vista a Edgar, intenté llamarle a gritos, pero con el ruido de las bombas no me oiría, o más probable, estaría muerto, intenté ir a buscarle, pero algo se me cayó encima impidiendome moverme.
Las bombas cesaron rápidamente, dejando un silencio sólo iluminado por alguna luz de emergencia que sobrevivió al impacto, yo estaba tirado en el suelo, en un estado lamentable, lleno de polvo, varios rasguños y a saber lo que se me ha caído encima, pero lo más sorprendente, es que estaba vivo, con una viga aplastándome la columna, pero vivo.
Cogí las pocas fuerzas que me quedaban para pedir ayuda a vivo voz, y si con un poco de suerte, alguien me iba a ayudar, afortunadamente, al quinto-sexto vi dos figuras que venían hacia mi torpemente.
Parecía que hablaban y hacían señas en mi dirección, levanté el brazo débilmente para que supiera que estaba vivo, a medida que se acercaban les fui reconociendo, uno era Edgar, y el otro, Liam Wilson, en el primero vi que su notable cicatriz se había vuelto a abrir, su brazo chorreaba sangre, el segundo cojeaba del pie derecho y vi que la rodilla tenía una preocupante herida que le llegaba hasta el hueso y de larga hasta casi el tobillo y esas heridas no eran las únicas ni las principales que tenían.
- ¡Adam tranquilo! ¡Te vamos a sacar de ahí colega!- teniéndolo tan cerca, no entendía por qué su voz era tan inaudible, hasta que note que el oído derecho sangraba y supe que me había quedado sordo de ese lado.
- ¡Adan! ¡Vamos a mover esta cosa y te vamos a sacar!- oí con mi oído sano a Liam.
- De...dejadme a...aquí, es mu...muy grande pa...ra moverlo- les dije con dificultad.
- ¡Ni hablar tío! ¡Me niego a dejarte aquí! ¡Te voy a quitar esto de encima por mis cojones!
- E...estáis en... m...mal es...tado, iros... yo... ya no puedo... salvarme
- ¿¡Pero tú te has visto!? Además, si te puedes salvar, Wilson, levanta conmigo esta viga.
Entre los dos la levantaron muy duramente, casi desgarrándose los músculos, yo en mi espalda sentí un alivio infinito.
Después, me ayudaron a levantarme, pero al ponerme de pie vomité un torrente de sangre, creo que tragué algo.
- ¿Estas bien colega?- preguntó Estar que me tenía sujeto.
- Sí... estoy... mucho mejor, pero procura... no hablarme de este lado dije señalándome el oído derecho- creo que me he quedado sordo.
- ¡Joder que putada!- exclamó Liam- deberíamos buscar, posiblemente haya más personas que necesiten ayuda.
- ¿¡Estás loco Liam!? ¡Puede haber otro bombardeo en cualquier momento! Y esta vez, moriremos.
- Tío, me da igual, yo sólo lo digo para buscar a mi hermano mayor, no me perdonaría que no lo hubiese podido salvar teniendo la oportunidad.
- Esta bien- dijo Edgar- ¿Donde estaba entrenando?
- Estaba en armas.
- Vale, miramos allí, pero sólo allí y nos vamos.
Nos dirigimos hacia la salida, pero entonces vi un brazo femenino saliendo de los escombros y decidí acercarme.
- ¡Adam! - susurró en alto Edgar- ¡Esta muerta!
- ¿Qué certeza tienes?- le pregunté, el y Liam me sigieron, yo cogí el brazo y le tomé el pulso, si tenía, estaba viva.
-¡Edgar! ¡Tiene pulso!- él asintió y junto a Liam empezó a quitar escombros, en seguida la vimos.
- ¡Esther!- está empezó a hiperventilar y toser de forma descontrolada, Edgar le pasó el brazo sano por el hombro.
- Tranquila, tranquila, estás a salvo.- Esther tosía, menos, ahora podía hablar.
- Tengo miedo...no estamos a salvo y ellos van volver ¡VAN A VOLVEEEER!- en ese momento a Esther le entró un ataque de ansiedad, Edgar le cogió la cara con ambas manos y la empezó a chistar.
- Shhhh... Todos tenemos miedo, y si salimos de aquí, ellos no nos verán, así que ven si no quieres que vengan.
- Vale- dijo con un hilo de voz, entre los tres la ayudamos a levantarse, y cuando le desenterramos del todo vimos que tenía el brazo destrozado, había más sangre y músculo desgarrado que piel, además lo tenía fuera del hombro, me entraron ganas de vomitar, otra vez.
Cuando Esther vio su brazo le entró otro ataque de histeria, a Edgar le costó más calmarla.
- ¡VOY A PERDER MI BRAZO! ¡VOY A PERDER MI BRAZO! ¡NUNCA MÁS VOY A PODER HACER TIRO CON ARCO!
- Sí podrás ¿me oyes?¡Sí podrás! Te tenderán que operar, y en un tiempo, volverás a hacer tiro de arco igual de bien.
-Edgar, Adam...- nos llamó Liam
-¿Qué pasa?- contestamos al unísono.
- Oigo pasos- el miedo se apoderó de mí pensé:"Ahora si que vamos a morir, han vuelto" pero entonces la voz nos llamó, una voz familiar
-¿Chicos? ¿Estáis bien?- al principio me costó creer que la voz fuese de William Houston, llevaba un chico y una chica, también necesitaban una buena revisión médica.
- Oí voces y fui a buscaros- tomó un tiempo para mirarnos detenidamente.
- Necesitáis que os vean un médico, avisaré a Jonathan- sentí un alivio al saber que Jonathan estaba vivo.
- Venga, venid hijos, ya pasó todo.
- Entrenador...
-¿Sí Liam?
- ¿Vienes de las salas de armas?
- Sí hijo
-¿Mi hermano?- William puso cara de compasión y meneó la cabeza
- Lo siento hijo, era de los mejores - pero Liam no lo escuchaba empezó a soltar juramentos y a tirar restos de viga contra la pared para después arrodillarse y llorar, le pasé el brazo por el hombro.
-Tío lo siento, pero ahora nos tenemos que ir.- él asintió
Pero al salir vimos tres soldados, agarraron a William, nos quedamos de piedra.
-¡IROS!- nos gritó William-¡YO YA NO PUEDO SALVARME!- asentimos y nos fuimos corriendo.
-¡SED IGUAL DE BUENOS QUE EN LOS ENTRENAMIENTOS!- y oímos un disparo.

HOMO GMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora