Capítulo 16: ¿Te enteraste? Es una asesina

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Mientras caminaba tranquilamente por las calles de Konoha, veo una multitud de gente enfrente mio, justo en el camino más corto que conozco hacia la Mansión Hokage. No me queda de otra más que cruzar el gentío, pero hay dos problemas...
1) Si ya saben lo que pasó pueden delatarme en cualquier momento, ¿como? armando un escándalo.
2) No traigo nada para cubrirme el rostro, lo que hará más fácil que me reconozcan.

Apenas paso por allí cuando ya escucho decir a las personas: "Allí va", "Su mirada no refleja nada", "Ten cuidado, es peligrosa" o "No te acerques a ella, puede atacarte mientras no veas". Todos los habitantes de la Aldea decían cosas parecidas, cuando yo pasaba se alejaban de mi, ¿tanto así me temen? ¿tan rápido se enteraron de todo? ¿porque antes no me temían y ahora sí? Esas y muchas preguntas merodean en mi cabeza sin sentido alguno.

Llego a una calle, la cual estaba un poco más vacía que la anterior, pero no pasó mucho tiempo cuando escucho a una niña gritar, voy para allá solo por curiosidad, no por que quiera ayudarla, pero alguien me lanza un kunai, el cual lo tomo y me lo llevo a la mano. Llego a donde estaba la niña, pero esta grita con más fuerza al verme. Es una trampa.

-¡Allí está!- Escucho gritar a alguien.

-Caí en la trampa, que idiota soy- Me digo, miro a la niña, quien sonríe, pero me percato de que solo era un jutsu de transformación para capturarme. -Vaya, tuve que haberlo sabido, si me lanzaron un kunai para inculparme-

Los ANBU corren a agarrarme, y lo logran, no tenía nada para defenderme, inclusive mi katana habían tomado, me agarraron de los brazos, al intentar librarme de ellos me tumban al suelo. Sin ver a los presentes que estaban allí, me sedan.

Cuando despierto, no estoy en la prisión, ni amarrada a ningún lado, mucho menos estoy muerta, entonces... ¿donde estoy?, en una habitación en Akatsuki, Nagato está a un lado mio.

-Te metes en problemas muy fácil, y pensar que no pudiste combatir contra ellos- Me dice.

-¡Me quitaron las armas, me tenían agarrada y no me dejaban mover! ¿que esperabas, idiota?- Respondo muy furiosa.

-Sigues siendo una niña, no tienes la habilidad requerida para estar aquí-

Al escuchar la palabra "Niña" sonrío, pero no una sonrisa cualquiera, sino una llena de odio y sed de venganza, esa sonrisa que hace que tu interior cambie por completo.

-¿Una niña?, tsk, estás equivocado, Nagato, ya no soy esa niña que pensabas-

-Sigues siendo débil, no pudiste contra esos ANBU-

-¡Me quitaron mis defensas! ¡No podía hacer ningún jutsu! ¡Entiende!- Ladro con más fuerza.

Me pongo más furiosa que antes, lo que siento ahora mismo es como mi sangre arde por mis venas, se sentía como fuego en vez de sangre. Ardía, pero no quemaba.

"Calmate" "Calmate", escuchaba decir en mi cabeza una tras otra vez, no puedo matarlo, no aun, no quiero que me vuelvan a tomar por traicionera. Porque, asesina ya lo soy.

-¿Roperas tu trato? Si es así... olvídense del 9 Colas- 

-9 Colas...- Repite Nagato. -¿Qué más sabes sobre él?-

-No diré nada hasta que no cumplas- Respondo enojada.

Nagato lanza un kunai cerca de donde estoy, lo levanto y, con la banda que traigo puesta de Konoha, rasgo una línea al centro, tachando lo que simboliza "Aldea de la Hoja". Miro a Nagato, satisfecha por lo que ha hecho. Pero él está esperando a que yo le diga lo que sé sobre el Kyuubi, lo que no lo haré hoy, sino en algunos días hasta que se acostumbren a mi por el acto de "traición".

Después de un rato Nagato se va, dejándome sola en la habitación, miro a mi alrededor buscando algo interesante, cuando al fin veo algo que me interesa, mi katana, ¿porque no se la llevaron los ANBU? Ni la menor idea, apenas la agarro y... solo era la funda.

-¿¡Pero que...!?- Pienso. Pues mi pregunta fue contestada, sí se la llevaron, ¿a donde? deben de tenerla en un lugar seguro.

Dejo la funda en su lugar y tomo el kunai, tengo que recuperar mi katana, no pudieron habérsela llevado, es mi única arma. A punto de irme aparece Konan con una bolsa negra.

-Despertaste- Me dice.

-Tengo que ir a buscar algo...-

-Ponte esto, te servirá, y más si sabes esconderte en las sombras- 

-Bien- Saco lo que había en la bolsa, era mi traje de Akatsuki. -Nada mal, bueno, ahora si tengo que irme, no podrán retenerme más tiempo sin mi katana- Agrego.

-Sí, te la quitaron y no pudimos recuperarla- Me dice.

Le ruedo los ojos a Konan y salgo corriendo, en el camino a la salida me pongo el traje de Akatsuki. Me guardo el kunai y me dirijo a la Aldea de la Hoja, el único lugar donde puede estar mi katana. Pero, encontrar donde está será difícil, a menos qué esté en la Mansión Hokage, en algún lugar debió de haberla puesto Tsunade. 

Llegando a la entrada de la Aldea ideo un plan para pasar desapercibida, hasta que...

-Hola-

-¡Baka cállate!, me van a descubrir- Le digo tapándole la boca.

-Espera... ¿eres Akatsuki?- Me pregunta quitándome la mano.

-Ya cállate, ¿quieres Kiba?-

-¿A que viniste?- Sigue.

-Solo vengo a recuperar mi katana, después me voy a ir- 

-¿Desde cuando eres Akatsuki? Eso no le va a gustar a Tsunade-sama- 

-Kiba ya cállate- Insisto.

Al fin es mi oportunidad, los ninjas de la entrada se distraen y yo salgo corriendo de mi escondite, ellos apenas alcanzan a percibir una cosa negra corriendo. Al menos no se dieron cuenta de que era yo, lo que me salva de que me vuelvan a atrapar. 

Corro hasta llegar a la Mansión Hokage, ¿como voy a entrar? Por alguna ventana o algo que esté abierto. Y la primera cosa que veo abierta, es una ventana en lo alto. Solo la busco, la tomo y me voy, así de simple es mi plan.

Subo a donde estaba la ventana abierta y entro, nadie me a visto, nadie me a oído, mejor aun, nadie sabe que estoy aquí. Ahora, estoy dentro, ¿por donde empezar para buscarla? Tengo que pensar y actuar rápido. Unos segundos después escucho una voz, rápidamente me trepo en el techo con un jutsu para que no me vean, el ninja que pasó llevaba una reliquia del Segundo Hokage, creo, me percato de que va a guardarla, así que lo sigo.

Abre la puerta y entra con la reliquia en manos, yo sigo en el techo, así que entro por la parte de arriba del marco de la puerta. Examino el lugar, era una sala negra donde había muchas armas, justo después veo mi katana, ahora solo falta esperar a que se vaya, tomar la katana y desaparecer.

Minutos después eso mismo hace, cierra la puerta y yo bajo del techo, me acerco cuidadosamente en donde estaba la katana y la tomo con cuidado para no tirar nada. Hasta que alguien entra.

-Tú-

Saco el kunai y lo lanzo directo a... ¿Shizune? Mierda, estoy en problemas. Tengo que escapar de una u otra forma, hago una posición de manos y desaparezco de la vista de Shizune, me "tele transporte" al bosque, no tengo heridas ni rasguños, lo cual es bueno. 

Al fin me dirijo a dejar mi katana, a donde pertenece, ¿donde es? muy fácil, a su funda. Mientras caminaba, merodeaba por el bosque para distraerme un poco.





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