Capítulo 30: "¡Tú no entiendes lo que pienso respecto a eso!"

125 6 0
                                    

Ya saliendo de la Aldea nada ni nadie me va a detener, estoy dispuesta a ir en busca de ese par de idiotas para ver los avances de Naruto y para distraerme un tiempo, porque no quiero aburrirme en la Aldea, y más aburrimiento porque no tengo nada que hacer en Akatsuki, solamente cumplir con mi parte de aquel trato que les hice cuando tenía catorce años, darles información sobre el Nueve Colas, osea Naruto.

Pues cada ciertos kilómetros el sol va desapareciendo entre las montañas, aun así sé que dormiré en el bosque y no traigo nada para acampar, para eso están los árboles. Unas horas más tarde me comienzo a "arrullar" con los sonidos tan relajantes del bosque, para asegurarme de que Makisha no me siga, volteo a todos lados, y nada, nadie me sigue, y es una suerte porque no quiero ponerla en peligro a ella también en este viaje alocado. Bueno, para por fin dormir dejo mis cosas en una rama lo suficientemente alta como para que estén seguras, termino amarrando una sábana muy elástica a varias ramas y me quedo dormida allí, no cené solo para ahorrar la comida.

A la mañana siguiente me despiertan muy, pero muy temprano, ¿quien? Pues... Itachi. Cuando lo veo trato de calmarme lo más posible, trato de ser razonable con las estúpidas preguntas que quiero hacerle, pero para eso debo de organizarme un poco, ¿no?, ya que mis ideas están hechas un caos en mi mente.

-¿Que haces aquí?- Empiezo a interrogar.

-¿A donde vas?- Me comienza a interrogar cuando se supone que las preguntas las hago yo aquí.

-Voy en busca del Nueve Colas, ¿porque?- Respondo.

-Solo por saber- Me dice. -¿Porque no has estado en toda esta semana?- Agrega.

Comienzo a decirle todo lo que pasó desde el día en el que los ANBU me siguieron, cuando me rendí, cuando hablé con Tsunade, y sobre que me asignaron a dos "perros de guardia" para cuidarme y, según Tsunade, que me enseñarán "Buenos modales". La conversación se tornó algo larga.

Empiezo a guardar lo que necesité durante la noche y lo meto a mi mochila, Itachi toma mi katana y la examina, ni idea de porque tuvo tanta curiosidad por mi arma preferida, pero me da igual, cuando estaba a punto de irme Itachi se guarda la katana, se la pido durante varios minutos pero él se niega a dármela, a tal punto que mi paciencia se acaba. Intento quitársela a la fuerza pero él esquiva cada uno de mis ataques.

-Sigues siendo débil, incapaz de vencerme, ni siquiera así- Me dice.

-No tengo ganas de pelear hoy, así que mejor dame la katana y olvidemos esto- Respondo molesta y extendiendo la mano para que me dé mi arma.

Itachi saca la katana y vacila al dármela, suelto una risita incomoda, porque la verdad no estoy para juegos hoy, solamente necesito irme de aquí ahora, no quiero que Jiraiya y Naruto se vayan más lejos de donde sea que estén ahora mismo.

-Itachi dame la katana- 

-¿Porque debería, niña?- Pregunta.

Me enfurecí por lo que dijo, intento de nuevo quitarle la katana, pero se quitaba del camino haciéndome caer, estuvimos varios minutos así, hasta que por fin me canso y me quedo sentada en la raíz del árbol. Comienzo a pensar en como quitársela, pero no se me ocurre nada, pocos minutos después veo como la katana se entierra en el pasto enfrente mío. La miro, la tomo y la pongo dentro de la funda, donde pertenece.

Subo de nuevo por mis cosas y me vuelvo a sentar en el piso, suspiro y antes de levantarme reviso si Itachi se fue, y como no lo veo por ningún lado puedo confirmar que se ha ido. Me levanto y sigo mi camino, estuve sola durante un buen rato hasta que lo volví a escuchar unos minutos más tarde, me detengo y vuelvo a ver a todos lados. Nada. Pero yo sé que mi mente me está engañando, y no estoy en ningún jutsu de ilusión, lo que quiere decir que sí esta siguiéndome.

No eres el único sobrevivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora