No eres el único sobreviviente

Capítulo 21: "...A cambio no los mataré..."

Al fin logro encontrar a Makisha, estaba en el río, pero oculta en los árboles. Es un fastidio buscarla pero tenía que hacerlo, para ser alguien de la Aldea de la Estrella sabe ocultarse bien. Empieza a oscurecer, pero aun no puedo irme, pues le prometí a esa pequeña molestia que la ayudaría a entrenar.

-¿Ya podemos comenzar?- Me dice entusiasmada.

-No me queda de otra- Replico. -, así que sí, entra al río-

Makisha se mete al río, al parecer se ve emocionada, yo no tanto. Comienzo a relajarme para poder hacer bien este jutsu, no quiero fallarlo, a pesar de que ya me lo sé tengo que practicarlo, ¿Porque? Simplemente por el hecho de que a este dragón lo uso para hacer y crear al dragón elemental, ¿no?

Al fin logro concentrarme, empiezo a hacer las posiciones de manos que conlleva hacer el jutsu, Makisha intenta seguir mi ritmo con las manos, pero para ella es un poco imposible porque apenas voy a mostrárselo. Estoy lista para terminar el jutsu, hasta que mis manos comienzan a temblar.

-Rayos- Susurro.

-¿Sucede algo?- Me pregunta Makisha.

-No tengo suficiente chacra- Explico. -Debí haberlo gastado durante el jutsu posesión de sombras-

-Eso quiere decir que...-

-Esperarás hasta mañana, no me queda mucha fuerza-

Makisha se pone algo triste al escuchar eso, pero no me queda de otra más que decirle que tiene que esperar hasta mañana, el problema es saber donde se quedará, podría meterla de contrabando en mi habitación, pero si los Akatsuki la encuentran es probable que la maten. Si se queda en la Aldea tal vez la atrapen, porque, según yo, ya deben de saber que viene conmigo, sería como una cómplice y además no estoy para juegos de "misión imposible".

Me quedo pensando durante unos minutos donde dormirá esta noche Makisha, no sé me ocurre otro lugar más que en casa de Natsumi, Kiba o Hinata, quienes son en los que más puedo confiar ahora mismo, pero para ir necesito entrar a la Aldea, ya idearé un plan cuando estemos allá.

-Ven conmigo, te llevaré a la Aldea-

-Pero... ¿si te ven?- Protesta.

-Es de noche, nadie podrá vernos, además ya tengo un lugar en el que te puedes quedar esta noche-

Empiezo a caminar, directo a Konoha, Makisha me sigue, ella no tenía ni idea de a donde la llevaba, al estar en la entrada de la Aldea veo que los ninjas que até cuando vine a buscar a Makisha aun estaban en el árbol, al parecer nadie los vio ni los desató. Me acerco a ellos e intentan agarrarme, pero no lo logran.

-Les propongo algo a cambio de soltarlos...- 

-No podemos confiar en ti- Contesta uno de ellos.

-Vamos solo va a ser este pequeño trato- Continuo, intentando convencerlos.

-¿Que clase de trato?- Pregunta el otro.

-No dirán nada sobre que me vieron, además dejarán que Makisha se quede aquí, pero tampoco deben de decir nada de que viene conmigo, a cambio de eso los desataré y no los mataré- 

Los ninjas dudan de mi propuesta, al final terminan aceptando, con un kunai los desato, Makisha y yo entramos a la Aldea y buscamos la casa de Natsumi. Justo cuando llegamos, ella estaba saliendo de la casa.

-Hola Natsumi- Saludo.

-Kokoro-san- Me susurra. -¿que haces aquí? y ¿quien es ella?-

-Ella es Tuksen Makisha, viene de Hoshigakure, ¿crees que pueda quedarse varios días contigo?- 

-Claro, vengan, entren- Nos dice y ambas entramos a la casa.

Comienzo a explicarle a detalle a Natsumi sobre lo que ha pasado, lo que e hecho, cómo me tope con Makisha, el rescate de Uchiha, étc. En una palabra, todo. Natsumi entiende lo que ha pasado, y acepta que la joven Tuksen se quede con ella. Simplemente espero que Makisha deje de meterse en problemas, pero ahora que hice un trato con los ninjas de la entrada, será más fácil entrar y salir sin que la gente de la Aldea se dé cuenta.

Me voy, desde que salgo de la casa sé que estoy dejando a Makisha en buenas manos, porque sé muy bien que Natsumi es una persona de confianza, y más ahora que toda Konoha me opta como criminal, trato lo más posible en irme por las sombras, donde nadie puede verme. Salgo de la Aldea, estoy a punto de irme, no sin antes de hacerles una señal a los ninjas de la entrada, ¿cuál señal? Mi dedo índice en mi boca y después lo paso por mi cuello, solo veo como los ninjas ascienden con la cabeza, eso me dice que si callaran sobre mi visita.

Me voy a la "Guarida Akatsuki" según la primera ves que me dijo Tobi, cuando llego Kisame me agarra de las manos, después de eso me pone su espada tiburón en el cuello, al menos esa espada aun llevaba esas absurdas vendas.

-¿Qué demonios?- Digo, intentando soltarme.

-¿Dónde estabas, niña?- Me pregunta Kisame.

-En ningún lugar al que te importe, pero si lo deseas... asesiname de una ves-

Kisame me suelta, él sabe que si me mata todos los Akatsuki no tendrán la oportunidad de saber nada sobre el Kyubi. Algo me dice que me ahorcó o algo parecido, pues el aire que respiraba era muy poco, sentí como mi vida se acababa en un abrir y cerrar de ojos, si que es fuerte, y una ves que me suelta el aire que no alcanzaba a tomar regresa a mi como un imán al metal.

Me voy a mi habitación, cierro la puerta de golpe y me acuesto en la cama. Mis ojos se cierran, estaba algo cansada, tal ves era por estar lidiando con Makisha, nunca tuve a alguien a quien cuidar de esa manera y menos que le gustara meterse en problemas, tengo que poner ciertas reglas si quiere ser mi aprendiz, pero... ¿como cuales? Debo pensarlas bien, ya que no quiero terminar muerta gracias a ella.

La noche es tranquila, nadie me molesta, olvidaba que era dormir tranquilamente, ¿tendré pesadillas esta noche? Espero que no. Mientras duermo, mi mente comienza a divagar, aunque tengo miles de cosas dentro de la cabeza no sueño con nada de eso, ¿si es raro? No para mi. La noche pasa rápido. La luz del sol no me ha molestado, es bueno, porque a mi me gusta dormir a oscuras.

Salgo de mi habitación y me voy cerca de la Aldea, veo que Makisha a despertado, hago una señal y nos vamos, ¿seguiré entrenándola? Posiblemente, pero a mi modo. Pasaran al menos 2 años cuando ella ya sepa controlar a la perfección los jutsus que le enseñaré. Aun así, sé que hay juegos peores que entrenar a Tuksen.